En el sector de La Norma (Los Ríos) sus habitantes están por definir una protesta si no son atendidos de urgencia por las autoridades nacionales y seccionales. La vía que conduce a este recinto, perteneciente al cantón Urdaneta, está totalmente deteriorada. Y, según sus pobladores, tiene menos de un año de haber sido entregada por el Consejo Provincial de Los Ríos.Desde La Unión hasta Potosí, el constante transitar de equipo pesado en el sector, sumado a las lluvias del invierno, pusieron a prueba la calidad de los trabajos. Son 4 km en los que predominan los huecos, piedras por todos lados y material que fácilmente se pierde con el tránsito de los vehículos.
Washington Calle, dirigente de la comunidad, dice que en una mina de piedra en el sector de Playa de Ojivo, se extrae material pétreo pero que no se revierte en obras a favor del recinto.
“Aquí vienen volquetas y mulas del Consejo Provincial de Los Ríos, del Municipio de Urdaneta, de la Secretaría de Riesgos e incluso de Caluma (Bolívar). Son 8 km de trabajos hechos pero la mitad ya no vale”, dice.
Otro morador, Raúl Valle, expresa que dentro de la obra se contemplaba la construcción de canales a los costados de la vía pero estos no se hicieron. Poco a poco el doble riego asfáltico se dañó.
En esa zona los agricultores anticipan que si no tienen respuestas inmediatas de las autoridades, cerrarían la vía como ya lo hicieron hace algún tiempo. En La Norma predominan los cultivos de maíz, banano, cacao, naranja, mandarina y café.
Apenas unos 5 km más arriba, en La Asunción de Yatuví, sus habitantes piden urgente la reconstrucción de un muro que se estaba construyendo y que desviaba algunos metros el caudal del río Asunción. Este se rompió con la creciente de hace un mes.
Junto al camino de tierra de ingreso al poblado, Éricka Ayala señala con su índice derecho el nivel que alcanzó el agua en su vivienda. “Subió unos 60 cm y todo lo que tenía se mojó. Lo que más me preocupa, por mis dos hijos, es la presencia de muchas culebras y mosquitos”.
A unos 100 metros de allí, junto al río y montado sobre el lomo de su caballo, el campesino Héctor Ayala dice que es muy difícil ir hacia la otra orilla, donde está su plantación de naranjas para cosechar. “Levantaron un muro de arcilla cuando debió ser de cascajo. Y se lo llevó la corriente”.
Brimanesa Sobenis y Zoila Ayala comparten el temor que se repita una crecida como la del último lunes. Fue durante la madrugada y no les dio tiempo a nada. Lo que más lamentan es la ausencia de atención médica y fumigación para 150 familias del sector.
En el trayecto a San Francisco, un puente sigue deteriorándose. Un hueco de considerable tamaño pone en riesgo la circulación de los vehículos e incluso la estabilidad del viaducto.
“Si ese puente se cae dejaría incomunicada a varias localidades, especialmente Guayacanes”, dice Piedad Fierro, vocal de la Junta Parroquial de Ricaurte.
En Potosí, donde las calles son de piedra, las mayores necesidades las tiene el Colegio Nacional del mismo nombre. Su vicerrectora, Johanna Rizzo, explica que insistentemente han solicitado atención de la Dinse.
El plantel requiere de la construcción de cuatro aulas, pues el salón de actos está dividido par albergar a dos cursos, el rectorado y secretaría. Además, la sala de computación tiene apenas dos computadores y hace tres años les construyeron los baños para los 145 alumnos, pero no les hicieron los pozos sépticos.
“En todo este sector hay muchísimas necesidades. La gente no pide obras monumentales, simplemente trabajos bien hechos y servicios básicos para cubrir sus necesidades y sacar sin problemas la producción agrícola”, explica Piedad Fierro.