Las ráfagas de viento que anteceden a las lluvias de invierno en el Ecuador son una de las características comunes de los aguaceros que se han presentado en las últimas semanas. Y en nuestra región, por más intensos que estos sean, no son vientos huracanados. Así lo explica Fabián Salas, meteorólogo del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi).
Para que un viento sea calificado como este debe alcanzar entre los 110 y 120 kilómetros por hora. Y en el Ecuador no se han registrado vientos de más de 50 kilómetros. La media es de 17 km.
“Antes de una tormenta eléctrica en cualquier localidad siempre hay vientos. Se forman sistemas de alta presión por condiciones termodinámicas. Esa masa de aire caliente provoca vientos fuertes. Lo que hay en el Ecuador son ráfagas de viento significativas”, señaló Salas.
La noche del pasado 21 de abril del 2015 se registraron fuertes vientos en una zona del cantón La Concordia, de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas (en la Costa ecuatoriana). Según Salas, esto se dio por un cambio brusco en la temperatura que se registró a lo largo de todo el día en esa zona, lo que provocó caídas de la presión atmosférica y alteraciones en las nubes.
Según los indicadores del Inamhi, en la mañana y tarde se registraron temperaturas de hasta 30°C, la misma que descendió en la noche antes de un aguacero. Un evento similar se dio el pasado 22 de marzo de este año.
Según un estudio del Inamhi, hecho en el 2014, sobre las zonas de viento potencial del Ecuador, el comportamiento del viento en nuestro país está determinado por los sistemas atmosféricos que estacionalmente influencian el norte y centro de Sudamérica. También se afectan por factores orográficos (Cordillera de los Andes), oceanográficos, u otros.
Estos vientos son distintos en verano e invierno. En el verano hay una alta presión atmosférica que se acompaña de días soleados, pocas lluvias y un incremento en la fuerza del viento. En invierno, señala el informe, hay una baja presión atmosférica, que es la que ocasiona el mal tiempo, lluvias intensas y variabilidad en la fuerza del viento.
A nuestro país llegan vientos con dirección hacia el oeste que son los mismos que traen las nubosidades y lluvias, pero no presentan altas velocidades como en otras regiones del continente.
Las tormentas eléctricas frecuentes y los rayos, que en estos últimos días se han sentido con intensidad, también se generan por cambios bruscos en las temperaturas. “La radiación solar incide, se calienta el suelo, se evapora y ese aire caliente asciende y luego se condensa a determinada temperatura. Esto forma una nubosidad convertida”, explica Salas.
Dentro de estas nubosidades, que en Quito se observan como extensas nubes blancas que alcanzan los siete kilómetros, se dan corrientes ascendientes y descendientes que al chocarse, producen los rayos.