A la voz del Carnaval, todo el mundo también se levanta en Caluma, provincia de Bolívar. La amabilidad y sencillez de su gente son su carta de presentación sobre todo durante estas fechas.
En este lugar la alegría de sus habitantes, y de quienes lo visitan, se conjuga con la espuma de carnaval, la anilina de todos los colores, el talco, la harina y el agua.
Manuel Toalombo, de 43 años, vive la fiesta cada año y lanza espuma a todo transeúnte que pasa por su casa. Si el agraviado responde entonces se convierte en una guerra campal. Los vecinos se unen a la colorida batalla. Gana el que menos espuma tiene en su cuerpo y rostro.
El ingenio es clave. Muchos usan jeringuillas gigantes para lanzar agua a varios metros de distancia.
En Yatuví, Echandía y Caluma se organizan para festejar cada día y así poder asistir a todos los eventos. Como en una romería van de poblado en poblado.
En Yatuví, por ejemplo, se pintan la cara de colores cuando el desfile y las comparsas pasan por las estrechas calles. La única cancha, ubicada en el parque, se convierte en la pista en donde el baile dura hasta el amanecer.