El último incendio en Esmeraldas difícilmente se borrará de la memoria del bombero Jorge Ayoví. Cuando las llamas tomaron proporción en el centro de la ciudad, cerca de las 13:45, él se encontraba combatiendo otro incendio, en el sector Mina de Piedra.
Ahí, parte del bosque se estaba quemando. Entonces fue alertado sobre la emergencia del centro y tuvo que priorizar su trabajo y dejar el sitio para atender el incidente del centro que era más grave.
El incendio del lunes acabó con media cuadra de la calle Bolívar. Ocho viviendas y 50 locales comerciales se destruyeron y sus dueños perdieron sus pertenencias y negocios.
No fue el único que el Cuerpo de Bomberos atendió ese día. Hubo otro por la mañana en el barrio El Coquito, que fue controlado.
Los bomberos no tuvieron personal suficiente ni equipos para atender las emergencias. “Es un ejemplo más de que nos hace falta personal, si yo dejaba abandonado el incendio forestal lo lógico era que otros compañeros debían relevarme, pero no fue así porque no hay nadie más”, expuso Ayoví.
La institución dispone de dos motobombas y un carro abastecedor de agua y apenas 50 bomberos para atender a la población del cantón Esmeraldas de 189 504 habitantes. Las normas internacionales de seguridad establecen que por cada 1 000 habitantes debe haber un bombero.
Es por ello que por lo menos se requiere de 150 uniformados más. Así lo considera el jefe del Cuerpo de Bomberos, José Vivero.
Ayoví ingresó a los casacas rojas hace tres años. Logró el grado de cabo primero después de dejar su anterior actividad de mesero y dice que se ha acostumbrado a trabajar sin equipos ni condiciones seguras. “Cada vez que hay una emergencia me encomiendo a Dios para salir ileso de situaciones de riesgo”.
Ayer él estuvo franco luego del trabajo que hizo con sus compañeros para aplacar las llamas en el centro de Esmeraldas. Se pidió la ayuda de Fuerzas Armadas, Policía y organismos de socorro para controlar la situación.
María Alejandra Balcázar, moradora de la calle Mejía y Sucre, cerca del lugar donde ocurrió el siniestro, destacó el trabajo de los bomberos, pero lamentó sus condiciones de trabajo. “Unos estaban con pantalonetas y zapatillas, cómo es posible que hayan venido así y tras eso 40 minutos después de que se originó el incendio”.
Adrián Realpe, teniente de una de las brigadas del Cuerpo de Bomberos, aclaró que las personas que estaban sobre una motobomba en pantaloneta y sandalias eran bomberos, pero que ese día estaban de franco. “Al enterarse de este incendio vinieron a apoyar tal y como estaban vestidos, la capa que tenían puesta se las prestaron otros compañeros que descansaban”. Quienes están de franco no tienen uniformes para llevarse a casa y reaccionar ante emergencias como la del lunes.
Vivero, además, explica que la bomba de presión de la unidad que sirve para atender las contingencias ha perdido efectividad y que ya no se la puede llamar de largo alcance. En el incendio del lunes la deficiencia de la motobomba fue evidente y por ello se activó un plan de emergencia.
El incendio también sobrepasó la capacidad que tenían. En 20 minutos terminó con las casas y negocios, según el jefe de la Policía Judicial, Mario Cerda.
El incidente evocó entre los esmeraldeños lo ocurrido en 1998 cuando se rompió el poliducto del Sistema de Oleoductos Transecuatoriano que dejó como resultado la muerte de 33 personas por quemaduras. Entonces también se habló de que los bomberos necesitan ser equipados.
Para el incendio del lunes se pidió la asistencia de dos motobombas y del personal del área contra incendios de la Refinería de Esmeraldas y de los cuerpos de bomberos de los cantones Rioverde, Atacames y Quinindé.
El ministro de Justicia, Lenin Lara, quien se encuentra en Esmeraldas en representación del Gobierno, dijo que ante estos problemas se declarará en emergencia al Cuerpo de Bomberos.
Agregó que personalmente se comprometía a plantear el pedido ante el gabinete de seguridad del cual él es parte.
El sargento de bomberos, David Bustamante, comentó que luego del anuncio espera que se los dote de nueva indumentaria de protección personal.
Bustamante detalló que para combatir incendios como el de ayer se necesita de un pantalón especial, una chaqueta, casco con visera, guantes y un tanque de aire comprimido. “Actualmente en los tres cuarteles hay 30 de estos equipos, pero ya están deteriorados”.
El jefe de los Bomberos, José Vivero, dijo que se necesita cinco autobombas de alta presión para combatir incendios en edificaciones de tres pisos y si es posible con escalera hidromática. Por ejemplo en el incendio del lunes, una motobomba de la Refinería roció agua desde lo alto precisamente con una escalera hidromática.
Pero no tuvieron la facilidad de llegar a los sitios altos. Esto era clave para poder cercar las llamas y evitar que se propagaran, como en efecto ocurrió.
Ayoví dijo que los bomberos también pidieron que se concretara la entrega de 40 equipos de autoprotección que se adquirirán como efecto de un convenio firmado con Petroecuador y que no han llegado. “Es lo básico que necesitamos para hacer el trabajo”.
Afectados están en quiebra
La reunión con las autoridades de Gobierno no dejó los frutos que esperaban los afectados del incendio que se registró en Esmeraldas, del lunes pasado.
20 de ellos demandaron el acceso a créditos con bajas tasas de interés, con requisitos flexibles y montos que alcancen hasta los USD 150 000. Ese fue el tope de pérdidas que según los afectados hubo, porque se quemaron casas y sus locales comerciales.
Pero la gerenta del Banco Nacional de Fomento en Esmeraldas, Paola Rosero, explicó que la entidad puede entregarles créditos de hasta USD 15 000 con una garantía quirografaria.
Para Piter Montaño, quien era propietario de una bisutería, ese monto no será suficiente para levantarse de las pérdidas. Todo su capital estaba en el negocio, por lo que se encuentra en quiebra.
Los dueños acababan de comprar mercadería para venderla en Navidad. Había locales de venta de ropa, libros, celulares, telas…
Técnicos de la Secretaría Nacional de Gestión en Riesgos (SNGR) y de la Unidad de Gestión de Riegos del Municipio trabajan en un censo con los afectados para verificar las pérdidas y montos de afectación. “Eso permitirá tomar decisiones”, dijo la coordinadora de la SNGR, Carmen Guagua.
Seguridad en la zona
El acceso a las calles Mejía y a la Bolívar quedó prohibido para los civiles. Militares y policías mantienen acordonada el área desde el pasado lunes.
El servicio de energía eléctrica seguía suspendido hasta ayer. Tres entidades bancarias que tienen sus instalaciones en la zona trabajaron con contratiempos.
El presidente de la Empresa de Agua, Miguel Salvatierra, envió un comunicado público en el que sostiene que su institución sí dotó de agua a los bomberos durante el incendio. Esto en respuesta a las críticas que recibió.