Pese a que Baños comenzó el miércoles los festejos por la cantonización, aún no se ha registrado la llegada masiva de los turistas.
Se espera una mayor afluencia este fin de semana, cuando se realizarán varios actos culturales.
Esta ciudad de Tungurahua celebra los 66 años de cantonización. Según el alcalde, Hugo Pineda, en los desfiles, bailes, comparsas, exposiciones se invertirán USD 130 000. La fiesta empezó el miércoles y concluirá este 18.
“Todos los actos fueron planificados para los turistas. No damos la espalda a la realidad del volcán. Aprendimos a convivir con él y contamos con planes de contingencia como sirenas, zonas de seguridad, albergues y vías de evacuación”, señaló Pineda.
Baños se encuentra en alerta amarilla por la erupción del Tungurahua. Esta condición tampoco detuvo la obra pública.
El Cabildo invertirá más de USD 7 millones en la remodelación de los complejos de piscinas y la construcción de un parque acuático. “Este 16, inauguraremos el remozado balneario de El Salado. En febrero del 2011, se abrirá el renovado complejo de piscinas de Santa Clara. Seguiremos con las piscinas de La Virgen y el parque acuático de USD 4 millones con un crédito del Banco del Estado”, informó Pineda.
Las explosiones y la incandescencia en el volcán no han mermado la promoción turística de Baños. Las imágenes de los afiches promocionales tienen un volcán activo.
Mientras tanto, en las quebradas de Bascún y Ulba, las 100 familias que viven allí se han acostumbrado a dejar sus viviendas para refugiarse en albergues y retornar cuando el coloso se ha calmado. Esas dos zonas están en alerta naranja y viven en constante inquietud por las frecuentes erupciones del coloso.
El agricultor Francisco Sánchez, en Bascún, es uno de ellos. Sus principales preocupaciones son los animales y sus viviendas.
“Con mi familia arrendamos un cuarto en el centro baneño. Aquí pasamos en el día y a veces cuando las cosas se complican acudimos al albergue”.
En la misma zona vive Paulina Jiménez, en el barrio Las Ilusiones, cerca a la quebrada Bascún. “En los últimos años solo seis familias se fueron. Los demás nos quedamos por no tener otra alternativa. Cuando suenen las sirenas de este sector significará que debemos irnos a los refugios. Las explosiones nos asustan”.
Ayer, las actividades de estas familias fueron normales. Pero el sábado pasado tuvieron que marcharse cuando la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos declaró la alerta roja.
Rosa Mazaquiza, ganadera, lo recuerda así: “Volví a llevarme mis vaquitas. Por suerte, en la tarde todo volvió a la normalidad. Claro que el volcán sigue enojado”.
Entre tanto, los vulcanólogos que monitorean el volcán en el observatorio de Guadalupe mantienen dos escenarios posibles en el proceso eruptivo.
Así lo explicó el técnico francés Benjamín Bernamd. “El primer escenario posible es que la erupción baje de intensidad después de lo ocurrido el sábado. El segundo es que ocurra una nueva explosión similar o superior a la ocurrida hace seis días”. En los últimos días, los técnicos han tenido dificultades con sus instrumentos para monitorear el comportamiento del volcán. Los paneles solares se han cubierto con ceniza.