Baños nunca descansa del flujo turístico

El Pailón del Diablo es una cascada de aproximadamente 80 metros de altura. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO

El Pailón del Diablo es una cascada de aproximadamente 80 metros de altura. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO

El turismo de aventura es el principal soporte de la economía de Baños de Agua Santa, ubicado en la provincia de Tungurahua, en la Sierra del Ecuador. Este producto se convirtió en el principal atractivo de los promotores turísticos, agencias de viajes, transportistas, restaurantes y otros negocios afines.

Según datos de la Dirección de Turismo del Municipio de Baños, 1 200 000 visitantes arribaron en el 2013. El 77% de los viajeros eran ecuatorianos y el 23% de otros países. La mayoría son jóvenes, ya sean extranjeros o nacionales, conocidos como los ‘mochileros’.

Para René Barrionuevo, de Motor Sport Adventure, el arribo de los turistas nacionales es todos los fines de semana y la de los extranjeros entre semana. Precisamente, los argentinos, chilenos y colombianos arriban entre febrero y marzo. Mientras que en junio, julio y agosto llegan los visitantes europeos, estadounidenses,  australianos y asiáticos.

La estadía de los turistas, en la ciudad, que está asentada en las faldas del activo volcán Tungurahua, y con 20 000 habitantes, es de dos a cinco días. Además, su promedio de consumo es de USD 80 a 1 000 de dos a cinco días de estadía.

“Los visitantes gustan de los rituales indígenas, las caminatas y las travesías en bicicleta, entre Baños y Puyo, en Pastaza. A los extranjeros les atraen los precios convenientes, les gusta la seguridad de los equipos y que lo que practican sea divertido”, añadió Barrionuevo.

Baños, de climas templado y húmedo, es una urbe acogedora para la práctica del senderismo, la cabalgata, el avistamiento de aves y el cicloturismo. Los caudalosos ríos Pastaza, el Verde, el Blanco, entre otros, sirven para disfrutar del rafting, canyoning y el kayak, respectivamente.

Sus estribaciones montañosas y vientos provenientes de la Amazonía permiten desarrollar el parapente y las alas delta (un dispositivo construido en forma de triángulo para planear y realizar vuelos sin motor, que se suspenden en el aire gracias a la corriente térmica). Este mercado es manejado por 72 operadoras locales.

El pasado martes, el guayaquileño Cristian Jaramillo visitó la urbe con un grupo de amigos. Este psicólogo educativo comentó que es la ciudad más económica y que aquello quedó demostrado en sus tres días de estadía. Gastó USD 90.

Para Jaramillo, la falta de atención al cliente y la calidad de los servicios en el hospedaje fueron los puntos negativos de su visita. “La ducha a momentos echaba agua hirviendo y a ratos congelada, así que esa gracia nos desmotivó un poco. Si no quieren pasar por eso, les sugiero que vayan a un hotel entre 3 y 5 estrellas”, contó.

El grupo de guayaquileños logró contratar un tour en una chiva, un bus sin ventanas y puertas, por USD 3 cada uno. El recorrido le permitió conocer las cascadas en la vía Baños -Puyo y atravesar los siete túneles. El estruendoso sonido, al chocar el agua con las rocas, en la cascada Pailón del Diablo le produjo admiración. “Estas maravillas tiene mi país. Pero deben mejorar la infraestructura que lleva a la cascada”.

Con ese criterio coincidió la riobambeña Margarita Chicaiza. De contextura delgada y piel trigueña viajó con su enamorado a Baños. La pareja alquiló una bicicleta, en USD 5, para recorrer la carretera. “Al finalizar iremos a las aguas termales y luego a la iglesia”.

El Municipio es el administrador de cuatros piscinas (ver tabulado). Además, la ciudad cuenta con 6 500 plazas para hospedaje en 165 establecimientos. También, hay 130 restaurantes, 32 lugares de diversión, entre discotecas y bares.

Para Carmen Luna, propietaria de Luna Runtun, el operador turístico debe ponerle atención a los visitantes nacionales. “Los que arriban a la ciudad son personas que gustan de la aventura y de los precios bajos. Las autoridades nacionales impulsan el turismo pero los propietarios locales no aprovechan para atraer a otro tipo de cliente”.

Ese hecho inquieta al Ministerio de Turismo de Tungurahua. Su director Wilian Pico explicó que una de las debilidades de los operadores es las relaciones humanas y el trato al cliente. “Iniciaremos con charlas de capacitación. Pero la responsabilidad es de todos”.