Bahía de Caráquez recobra su vigor comercial y turístico

Nuevos negocios se instalaron en el centro de la ciudad. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

El movimiento turístico y comercial de Bahía de Caráquez, perteneciente al cantón Sucre, en Manabí, mejoró en el último trimestre del 2019.
50 locales comerciales y 20 hoteles y restaurantes hacen parte de la nueva infraestructura del centro y la zona turística de la ciudad manabita.
En ese lugar, el ruido de la maquinaria -que realizaba las obras de reconstrucción- fue reemplazado por la música de los locales y el acceso al malecón fue habilitado.
En la acera y a unos pasos de la playa ya no se observan materiales de construcción. Sobre adoquines coloridos hay casetas de madera, donde se venderán artesanías, cocteles y gastronomía manabita.
Esa obra tiene un avance del 85% y consistió en reconstruir la vía, aceras y los muros de escolleras, que fueron afectados en el terremoto del 16 de abril del 2016. La inversión del proyecto fue de USD 1,8 millones, según la empresa pública Ecuador Estratégico.
A la remodelación del malecón se añaden los nuevos hoteles que se instalaron en la zona. Uno de esos es La Piedra, que tiene 26 habitaciones.
La administradora Jessica Montero contó que desde el feriado por el Día de los Difuntos en noviembre, la afluencia de turistas creció en Bahía. Para esa fecha, se copó el 70% de las habitaciones. “Creemos que el turista que nos visitó se llevó una buena impresión de Bahía y por eso regresó en los feriados de diciembre”.
Para Año Nuevo, los 100 hoteles de Bahía se llenaron. Unas 30 000 personas visitaron el cantón en los cinco días.
Según el Municipio, la concurrencia masiva de visitantes se debió a la promoción que se hizo para esa temporada, con videos, fotos y otros.
Además, hubo una programación festiva con un pregón, festival de luces y el concierto del cantante Américo. Para Carnaval (del 22 al 25 de febrero) ya se plantea una estrategia para atraer al turista con festivales y conciertos.
Según la Cámara Cantonal de Turismo, en el último feriado ingresaron USD 500 000, por hospedaje y alimentación. En feriados anteriores, como el de Carnaval, solo fueron USD 200 000 aproximadamente.
El aumento se debe a la instalación de 22 nuevos restaurantes, 100 nuevas plazas hoteleras y a la publicidad que realiza el sector público y privado.
También a que 10 de los 14 edificios afectados por el terremoto ya están habilitados y al menos 50 familias de la Sierra y el extranjero -propietarias de los departamentos- pasaron el feriado del nuevo año en los condominios.
Patricio Zambrano, vocal de la Asociación de Trabajadores de Sucre, afirmó que la reconstrucción de los edificios generó plazas de empleo.
Al menos 30 trabajadores laboran en la instalación de clósets, aires acondicionados y mantenimiento de los departamentos. “Era gente que vivía de eso antes del terremoto y que recuperaron sus puestos”.
Bertha Mendoza, por ejemplo, trabaja en la limpieza de departamentos durante el día y en la noche es mesera.
Ella recordó que después del terremoto viajó a Manta, donde consiguió trabajo en un hotel. “No tenía intenciones de regresar, porque se me partía el alma ver a Bahía destruida”.
Mendoza y otras 100 personas retornaron de las parroquias Leonidas Plaza y Charapotó (Sucre); Manta, Portoviejo, Santo Domingo y Quito en el 2019, según un sondeo que realizó el Municipio en septiembre del año pasado.
El arquitecto José Fernández, quien dirigió la reconstrucción de dos edificios de la zona turística, comentó que la fachada llena de grietas de los inmuebles ahuyentaba a los turistas y entristecía a los moradores, quienes preferían no visitar el lugar. “Ni los propietarios querían venir a ver la obra. Todo se hacía con delegados, fotos y videollamadas”.
Según la alcaldesa de Sucre, Íngrid Zambrano, el objetivo es cambiar el rostro de Bahía con la regeneración de parques, nuevas jardineras, arreglos de calles y la reconstrucción del malecón.
El sector comercial también se reactivó el mes pasado con la Navidad. En el centro se colocaron adornos y luces LED. El comerciante Jorge García señaló que la gente iba al centro a ver la decoración y de paso hacía compras. En esa zona se instalaron restaurantes, farmacias y locales de artículos variados, como el Cincuentazo.