La Universidad del Azuay, la Politécnica Salesiana y la Universidad de Cuenca apuestan no solo a la formación de los estudiantes, sino también al desarrollo de tecnologías en sectores de energía, automatización, aplicaciones para dispositivos móviles, entre otras áreas.
La Politécnica Salesiana, por ejemplo, impulsa cada año entre 30 y 50 proyectos para desarrollar aplicaciones tecnológicas, aprovechamiento de energía, mejoramiento de procesos productivos y uso de recursos renovables, bajo la coordinación de Eduardo Calle, director del Centro de Investigación.
Asegura que esta institución trabaja en la creación de iniciativas tecnológicas desde el 2002, pero tomó fuerza ocho años después, cuando la universidad destinó solo un fondo para la investigación y desarrollo de proyectos.
Este año, la inversión para el desarrollo de esos proyectos bordeó el USD 1 millón entre las sedes de Quito, Guayaquil y Cuenca.
Para Calle, el impulso de los proyectos evidencia la vocación del alumno por la investigación, y brinda herramientas para involucrarse en el ámbito productivo.
Uno de los objetivos es crear una alianza entre la academia y la empresa para que los proyectos sean comercializados en las industrias. “Es un proceso lento, pero las compañías cada vez ven con mayor interés lo que oferta el sector académico”, dice Calle.
La presidenta ejecutiva de la Cámara de Industrias, Carola Ríos, señala que es positivo que los estudiantes emprendan proyectos que se apliquen en el ámbito productivo, y que se debe impulsar a que las industrias apoyen y adquieran esa tecnología.
La Universidad del Azuay (UDA) también aporta con proyectos de su Facultad de Ciencia y Tecnología.
Según el decano, Germán Zúñiga, desde el 1998 se evidencia un trabajo fuerte de los profesores y alumnos en emprendimientos y, por ende, la creación de dispositivos o maquinaria para el mejoramiento de la productividad empresarial.
En el 2011, la UDA destinó USD 1 millón para apoyar estos proyectos.
Sus iniciativas se enfocan en actividades productivas como la creación de una mezcladora para el sector lácteo, una enlatadora industrial de alimentos o una balanza para pesar y empacar ‘snacks’, así como aplicaciones de geolocalización o robots para identificar fauna y flora.
Para Zúñiga, a pesar de que el acercamiento entre universidades e industrias sea lento y no se da aún con fuerza, ya se evidencia confianza por parte de los empresarios que exploran proyectos en la academia.
Firmas del sector cárnico y agroindustrial, por ejemplo, visitan las ferias de la UDA para ver qué están creando los estudiantes, y, si es posible, arman alianzas estratégicas.
Villie Morocho, director de Proyectos del Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Universidad de Cuenca, es consciente de que el aporte a la industria desde las aulas es clave para el aprendizaje de estudiantes y el avance de la empresa.
Este año, ese centro desarrolló una plataforma de interconexión para transmitir por una Intranet cirugías desde el Hospital Vicente Corral Moscoso a 12 facultades de medicina a escala nacional.
El costo de este proyecto bordeó los USD 30 000, financiados por la Red Nacional de Investigación y Educación del Ecuador.
Aparte de esta iniciativa, la Universidad de Cuenca apuesta también por aplicaciones para ‘smartphones’, programas para navegar en Internet a través del televisor, chips con historias médica, entre otros.
Sobre los proyectos
Emprendimiento es una de las cátedras donde los estudiantes desarrollan el proyecto y trabajan un plan de negocios y marketing para comercializar el producto en el mercado.
Los empresarios visitan las ferias universitarias para identificar los adelantos y llegar a acuerdos con los estudiantes. También se ofertan pasantías para brindarles experiencia laboral.
Los sectores para los que más se realizan proyectos son los de alimentos, tecnología, medicina, el agroindustrial y el de construcción.