El personal del Ministerio de Salud ofrece atención a los migrantes venezolanos que tramitan su paso hacia Ecuador. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO
Un silbato negro, colgado en el cuello, identifica a los responsables de cada carpa que se colocó junto al puente de Rumichaca, en la frontera entre Ecuador y Colombia, para acoger a los migrantes venezolanos más vulnerables.
Los refugios temporales, así como los puestos de control médico y los llamados espacios amigables para los niños, entre otros servicios, se comenzaron a equipar ayer.
Estas medidas empezaron un día después de que las autoridades del Carchi declararan en estado de emergencia a la movilidad humana por Rumichaca, por el arribo masivo de venezolanos, que congestionó la circulación en el lugar.
La emergencia en Carchi, Pichincha y El Oro, declarada por el Gobierno, permitirá a las instituciones públicas y organismos no gubernamentales colaborar de mejor manera con los extranjeros migrantes, explica Julio César Robles, alcalde de Tulcán.
Esta oleada, que ha saturado las instalaciones fronterizas, es considerada una crisis humanitaria por la Acnur y Unicef, que también se hicieron presentes con ayuda.
El control de una de las carpas, destinada a las madres lactantes y mujeres embarazadas, estaba ayer a cargo de Jaidy Bindel. Ella es una ciudadana de Venezuela, de 27 años, que salió de Carabobo hace dos semanas. Ayer cumplió cuatro días de estancia junto al viaducto internacional, en espera de realizar el trámite migratorio. Su destino es Perú.
Mientras su hijo de 3 años dormía bajo la cubierta, la mujer vigila que las otras madres y los niños estén bien. En el silbato que porta en el cuello hay una leyenda: ‘la violencia sexual es una emergencia, denuncia’. Así puede alertar a los policías, en caso de que una persona no autorizada, como un hombre solo, intente ingresar al lugar. También, si un niño enferma gravemente.
La participación de los extranjeros es una iniciativa para compartir responsabilidades, explica Daniel Suárez, coordinador Zonal 1 del Ministerio de Inclusión y Social (MIES), que estuvo en Carchi.
Unicef y la organización isrraelí Hias instalaron cuatro carpas. Una, para madres con sus hijos, otra para mujeres solas y dos para adultos sin niños. Personal del MIES lleva un registro de los usuarios. También les explican normas para su uso. Una de ellas es la atención prioritaria de niños, mujeres embarazadas y lactantes.
El miércoles ingresaron 4 078 ciudadanos por Rumichaca, pero su presencia se redujo ayer. Las oficinas de Migración de Ecuador aumentaron de 10 a 15 las ventanillas de atención, durante las 24 horas.
La emergencia dinamizó los puestos de atención en salud. Ayer,9 de agosto del 2018, por ejemplo, llegaron de Cotacachi (Imbabura) un médico general, un enfermero y un técnico de atención primaria, para apoyar a un grupo de colegas, que arribó anteriormente. Si se requiere un mayor número de galenos se solicitará apoyo a otras provincias.
En Rumichaca fueron habilitados tres puntos de salud y una unidad móvil. Ese equipo, que inició sus labores a las 07:00 de ayer, entregará el turno a las 07:00 de hoy, explica el enfermero Andrés Escobar.
También se movilizó la galeno Emilia Cáceres, quien realiza el servicio rural en el centro de Salud de la vecina parroquia de Tufiño. E turnos de trabajo de 24 horas atiende a un promedio de 50 personas. La mayoría llega con problemas digestivos, deshidratación y dolores musculares.
En los últimos cinco meses, 5 863 venezolanos fueron atendidos en esas dolencias por personal del Ministerio de Salud. En ese lapso han suministrado 32 000 vacunas a niños, calcula Gonzalo Jaramillo, coordinador de la Zona 1.
La Cruz Roja ofrece el llamado restablecimiento del contacto familiar con tres líneas telefónicas gratuitas a cualquier parte del mundo, durante dos minutos; planea aumentar el servicio a los migrantes.
La próxima semana instalará una línea telefónica más y una carpa con servicios de apoyo psicosocial y primeros auxilios básicos. Además, llegarán tres técnicos de agua y saneamiento ambiental, y se instalará un tanque de 5 000 litros de agua, para que los 12 baños públicos y cuatro duchas que hay en Rumichaca tengan una mejor dotación de agua.
Pero no solo las instituciones públicas apoyan. La mañana de ayer estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes de Tulcán llegaron con 400 panes y agua aromática caliente. Guadalupe Vizcaíno, una de las universitarias, aseguró que se sumaron para dar su ayuda.
En el sitio, los profesionales de la Agencia Adventista de Desarrollo de Recursos Asistenciales dan servicio odontológico y psicológico sin costo.
La emergencia en el Puente Internacional de Rumichaca durará 30 días. Sin embargo, se podrá extender de acuerdo con las necesidades que demande este fenómeno migratorio, asegura Álex Cruz, gobernador del Carchi.
Mientras unos llegan, otros se internan en Ecuador. Jaidy Bindel mira a sus compatriotas desde la carpa a su cargo. Hasta las 12:00 de ayer no tuvo la necesidad de usar el silbato.
En Quito, tres albergues acogen a decenas de adultos mayores, niños y jóvenes venezolanos que llegan para radicarse o con la intención de descansar por unos días y luego movilizarse a Perú. Estos centros son Los Chamos, que se ubican en la Mitad del Mundo; albergue San Juan de Dios en el Centro Histórico y La Gran Sabana, en la zona industrial del norte de la capital.
En El Oro, el COE se reunió la tarde de ayer para armar el plan de contingencia.