La ocupación de la entrada a la Asamblea Nacional que los sectores indígenas realizaron ayer desde la mañana, finalmente terminó pasadas las 21:30. Un piquete de policías desalojó a los manifestantes.
Durante varias horas bloquearon los accesos y salidas del Palacio Legislativo como un acto de presión durante el inicio del segundo debate (definitivo) de la Ley de Recursos Hídricos.
Con bombas lacrimógenas y a empellones la Policía pudo desalojar a los manifestantes: unos 200 indígenas a los que se sumaron estudiantes de la jornada nocturna del Colegio Mejía, que llegaron en señal de apoyo.
Las manifestaciones comenzaron a generar tensión en el transcurso de la tarde. Es por ello que el titular de la Asamblea, Fernando Cordero, optó por suspender el debate y reinstalarlo mañana, a las 09:30. Esta decisión la adoptó pasadas las 18:30, como una forma de neutralizar la presión de los grupos indígenas. Dijo que a la fuerza no podían debatir ni tampoco sintiéndose secuestrados.
La intención de los grupos indígenas era permanecer en vigilia alrededor de la sede del Legislativo. Las bases, comandadas por la dirigencia de la Conaie y de la Fenocin, se oponen al informe de mayoría de la Ley de Aguas, aprobado por Alianza País y Madera de Guerrero, que servirá de base para el debate y la aprobación en el Plenario.
Por ello, sus líderes aseguraron tener provisiones necesarias para hacer una plantonera de 10 días en la Asamblea.
De allí que el presidente Fernando Cordero tomó la decisión de iniciar el desalojo. Según su despacho, se trató de una medida controlada y pacífica.
No obstante, la asambleísta por Pachakutik, Lourdes Tibán, dijo que hubo mucho gas y que los indígenas debieron replegarse hacia el parque El Arbolito (Ejido) que está a pocas cuadras. Allí, junto con sus dirigentes, analizarán las acciones a tomar en las próximas horas.
Cordero, tras finalizar el intento de bloqueo indígena, insistió en que bajo presión no se conseguirá nada. “Lamento los incidentes y que la Policía haya tenido que actuar”. También aseguró que ante estas medidas radicales responderá con una radicalización de la democracia, además de su compromiso por sacar adelante la mejor Ley de Aguas.
Cordero invitó a los indígenas a deponer actitudes, al tiempo de lamentar que un sector quiera imponer su visión frente al resto de la sociedad.
Pese a este llamado, la Conaie y la Fenocin reclaman el poco peso que el Consejo Pluricultural tendrá dentro de la llamada Autoridad Única del Agua. También les preocupa que los gobiernos seccionales se hagan cargo de la distribución del agua, pese a que por años han manejado las comunas.
Antes del desalojo, algunos asambleístas salieron de la sede legislativa escapando de los cordones indígenas. Varios asesores y funcionarios, en su intento por salir, recibieron golpes en las piernas y en la cabeza. Les gritaban “vagos, trabajen”.
A las 18:00, Marlon Santi, titular de la Conaie, ordenó que sus bases permanezcan hasta el final. Soportaron el frío y la lluvia. Muchos solo tenían plátanos y pan, mientras sus dirigentes almorzaban en el comedor legislativo.