Una columna de humo, con un fuerte olor a incienso, que emana de una pira de carbón se esparce por un salón del colegio San Juan de Ilumán, en Otavalo, en el norte de Ecuador.
Los 22 estudiantes que asisten desde este sábado, 31 de mayo del 2014, a su primera clase de kichwa, formados en un semicírculo, se ubican en torno a un altar andino. Los plátanos, naranjas, uvas, panes, entre otros, fueron colocados en el piso, sobre un lienzo multicolor, para el ritual indígena.
En la mitad de la sala, el sabio Luis Enrique Cachiguango dirige la ceremonia para dar buenas energías a estos discípulos. “Somos seres de luz, siempre debemos procurar adquirir nuevos conocimientos”, dice que una voz dulce.
En el grupo hay indígenas y mestizos; adultos y jóvenes. Los participantes, uno a uno, encendieron una vela para pedir por la superación en este curso de nivel básico.
Lourdes Picuasi, una de las estudiantes, cuenta que entre las primeras palabras que aprendió a escribir en kichwa fue amawta, que significa sabio.
Esta otavaleña, que viste anaco azul y blusa blanca bordada, regresó a las aulas para instruirse en la escritura de su lengua materna.
Desde el 2004, la Dirección Nacional de Educación Bilingüe conformó una Academia de la Lengua Kichwa para unificar su alfabeto. Sin embargo, Gonzalo Díaz, lingüista kichwa, explica que el trabajo quedó a medias y que la estructura gramatical no fue socializada a toda el área andina.
Díaz indica que a escala nacional hay 18 grafías en el abecedario originario. Pero cada provincia kichwa-hablante tiene su propio dialecto, por lo que el número de caracteres puede variar. En Imbabura, por ejemplo, se añaden dos grafías más a las 18.
La iniciativa por revitalizar el kichwa en Imbabura es impulsada por la Asociación de Jóvenes Kichwas de Imbabura y de la Universidad Técnica del Norte (UTN). A María Yamberla, coordinadora de la organización juvenil, le preocupa que la mayoría de indígenas kichwas no puedan escribir correctamente en su propio lenguaje. También, explica, que los indígenas en los diálogos en su idioma natal introducen una gran cantidad de palabras en español, que bien podrían ser pronunciadas en kichwa.
Alfonso Cachimuel, funcionario de la UTN, coincide que el kichwa está en crisis. “Los pueblos indígenas tenemos derecho de recibir apoyo para la recuperación de nuestra lengua, tradiciones, gastronomía, pero ningún gobierno hasta ahora nos apoya”.
Sin embargo, en Otavalo hay iniciativas como la radio Ilumán y periódico Wiñay Kawsay (cultura milenaria, en kichwa) que ofrecen noticias en el idioma materno. Carmen Yamberla, directora de la Asociación de Jóvenes Kichwas de Imbabura, asegura que a través de estos medios de comunicación generan material de aprendizaje del kichwa.