La formación del islote Palmar, en la desembocadura del río Daule hacia el río Guayas, no solo ocasiona inconvenientes en la navegabilidad de dicho afluente. También está afectando a las operaciones del Aeropuerto Internacional José Joaquín de Olmedo.
La Dirección General de Aviación Civil (DAC) planteó la urgente necesidad de solución con respecto al tema de las aves que circundan el aeropuerto y que anidan, entre otros sitios, en el referido islote formado por la sedimentación del río.
Según Fernando Guerrero, director general de la DAC, la presencia de estas aves entorno a las instalaciones aeroportuarias ocasiona un riesgo a las aeronaves que siguen esa ruta en Guayaquil. La posibilidad de impacto de los pájaros contra los aviones, y también la posible absorción en las turbinas, pueden generar situaciones de alto riesgo en las aeronaves, explicó.
Wilson Sánchez, ex miembro del Parlamento Andino y que ha seguido el tema los últimos años, dijo que resulta urgente la necesidad de eliminar el islote Palmar.
Y considera que no solo es una amenaza para las operaciones aeroportuarias sino también para el norte de Guayaquil y zonas pobladas y agrícolas de Durán, Salitre y Samborondón. Esto por los efectos que pueda generar un fuerte invierno.
Sánchez recordó que al existir estudios de la Fundación Autoridad Portuaria de Guayaquil- Dragado, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. y de la ex Cedege, “debería intervenir el Gobierno Nacional, asumiendo el financiamiento del dragado (del lugar) que está calculado en USD 15 millones para extraer 4 millones de metros cúbicos de sedimentos”.
La ministra de Transporte y Obras Públicas, María de los Ángeles Duarte, dijo que solicitó el estudio del dragado del islote a los servicios de la draga de la Armada. “Un estudio lleva tiempo, por ello lo inmediato es que el concesionario del aeropuerto, que es el que lucra, tome medidas para que su operación sea segura”.
Fernando Guerrero acota que el problema de las aves no solo es por los islotes. Dice que dentro del aeropuerto existen canales de agua y abundante vegetación alrededor de la pista. “Si no se toman medidas no certificaremos este aeropuerto”.
Ángel Córdova, gerente de Tagsa, concesionaria de la terminal aérea internacional José Joaquín de Olmedo, explicó que los límites de la competencia que le otorgan el contrato va desde que la aeronave aterriza, la estancia del avión y su posterior despegue.
“Todo lo que ocurre fuera del recinto aeroportuario es una responsabilidad de la autoridad competente, en esta caso la Dirección de Aviación Civil”.
El pasado jueves, durante un recorrido, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, expresó que resolver este problema que afecta al aeropuerto es “competencia absoluta de la DAC y de otras instancias del Gobierno central”.