A las 13:00 de este 3 de febrero del 2014, el aeropuerto Mariscal La Mar de Cuenca retomó sus actividades, luego de mantener suspendidas sus operaciones desde el domingo 2 de febrero, por la caída de ceniza volcánica que también afecta a esta provincia. A esa hora llegaron dos aviones provenientes de Guayaquil y Macas, y para la tarde se esperan los vuelos de Quito.
Según el gerente del aeropuerto, Juan Ignacio Ordóñez, las autoridades de la Dirección de Aviación Civil (DAC) autorizaron que se retomaron las actividades porque al mediodía las condiciones atmosféricas en la ruta aérea y el clima fueron favorables. En la mañana se cumplieron las labores de limpieza.
No obstante, Ordóñez señaló que están atentos a los cambios de condiciones atmosféricas para -si es necesario- tomar rutas aéreas alternas que no estén afectadas por la ceniza del volcán Tungurahua que es llevada por el viento.
Entre el domingo y lunes 3 de febrero del 2014, nueve vuelos de distintas aerolíneas no se realizaron en Cuenca.
El Comité de Operaciones Emergentes (COE) de Azuay se mantiene en sesión permanente y tiene un plan de contingencia para proteger la salud de las personas. En la mañana Cuenca, la capital de Azuay, soportó otra carga de ceniza aunque menos intensa que la del domingo.
La contaminación ambiental por material particulado PM10 (partículas sólidas y líquidas en la atmósfera) sigue siendo alta, según el monitoreo de la Empresa Municipal de Movilidad.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud establece niveles aceptables de hasta 12 microgramos de PM10 por metro cúbico. Según Humberto Cordero, gobernador y presidente del COE, esta mañana se registró un nivel de 36,8.
Por eso, las autoridades de salud recomendaron el uso de mascarillas y bufandas o paños húmedos para proteger las vías respiratorias y evitar problemas de salud. También se dispuso la suspensión de clases y de la atención en los Centros Infantiles del Buen Vivir hasta que se realice la limpieza integral de las infraestructuras.
La Empresa Municipal de Aseo de Cuenca cuenta con el apoyo de 200 obreros en doble jornada en las tareas de limpieza recogiendo la ceniza volcánica de los espacios públicos de mayor presencia de personas como el Centro Histórico, parques, plazas y mercados. Según los técnicos de la Empresa Etapa, el agua está en perfectas condiciones para el consumo humano, pues los reservorios fueron resguardados.