En el botadero de basura de Porlón en Riobamba, 50 voluntarios de los colectivos animalistas participaron en el rescate de varios cachorros. Foto: Cristina Márquez / EL COMERCIO.
Osito y sus hermanos se encontraban en el interior de un estrecho túnel de dos metros de profundidad. Sacarlos de ahí no fue una tarea fácil. Lenin Trujillo y Juan Morejón debieron cavar con sus manos para ensanchar la entrada e ingresar al fondo de la madriguera, para así rescatar a los cuatro perros cachorros.
Así empezó la intervención de los animalistas en el Botadero Municipal de Basura de Porlón, situado al este de Riobamba, una ciudad andina de la Sierra Centro del Ecuador. Allí habitan más de 800 perros que no han tenido contacto con el ser humano y que empezaron a migrar a los cerros aledaños, debido a la escasez de alimento que se produjo por el inicio del proyecto del relleno sanitario.
La migración de las jaurías generó controversia en Riobamba, pues los comuneros que habitan en los sitios cercanos denunciaron ataques a sus animales domésticos. Incluso, el presidente Rafael Correa se refirió al caso en el enlace ciudadano 416, que se efectuó desde Riobamba.
“Les han dicho (a los comuneros de San Clemente), que es penado con tres años de cárcel matar a esos perros y eso no es cierto. Son jaurías de perros salvajes, atacan a los animales, al ganado, pueden morder a los niños. Hay que sacrificarlos así los que defienden a los animales se pongan bravos”, señaló el mandatario en esa ocasión.
Esas declaraciones motivaron a los animalistas de cinco colectivos a agruparse para solicitar una intervención técnica en el sitio y así evitar que los perros sean sacrificados sin criterio. El Cabildo aceptó la propuesta de los animalistas y el sábado, 23 de mayo del 2015, se inició la campaña de rescate.
“Esta es la primera intervención y está dedicada exclusivamente al rescate de cachorros, que son los que tienen más posibilidades de ser recuperados y adoptados”, explicó Silvia Ramos, coordinadora del colectivo Protección Animal (PAE) de Riobamba.
Equipados con botas, guantes, mascarillas y gafas, cerca de 50 voluntarios de PAE, de Quito y Riobamba, y de Ladra, participaron en la iniciativa. Ellos trabajaron durante cinco horas en el rescate de 40 perros de menos de cinco meses.
En las laderas y entre los cúmulos de basura, centenares de profundas madrigueras albergaban a los animales. Los voluntarios lograron recuperar perros de todos los tamaños y colores. Incluso se encontraron algunos recién nacidos y dos perras en labor de parto.
Pero atraparlos fue una misión arriesgada y difícil. Los jóvenes, que se agruparon en cinco equipos, recorrieron cada espacio del basurero, escalaron las laderas y se metieron en los estrechos agujeros.
Para Gabriela Segovia, una de las voluntarias, todos los esfuerzos por salvar la vida de los animales valió la pena. “Los perros de Porlón viven en condiciones deplorables, nos alegra saber que todos los que hoy van a ser rescatados tienen una esperanza de ser adoptados por una familia, por eso decidimos ayudar”, contó la joven.
La campaña de rescate se inició con una charla del etólogo de PAE, Santiago Prado. Él explicó a los jóvenes la forma correcta de atrapar a los perros y algunas medidas de seguridad para evitar ataques de los perros adultos.
Solo unos minutos después de iniciar el recorrido, los voluntarios empezaron a llegar con los cachorros envueltos en mantas hasta la carpa veterinaria. Allí un equipo revisó a cada animal para verificar su estado de salud.
“Encontramos algunos con moquillo y parvovirus. Ellos, lamentablemente, serán sacrificados. El resto de cachorros será trasladado a varios refugios temporales en Quito, mientras son adoptados”, confirmó Ramos.
El próximo fin de semana los voluntarios retornarán a Porlón para una nueva fase de la intervención. Esta vez, serán rescatadas las hembras y los cachorros que no hayan sido encontrados.
Además, se prevé realizar un festival de adopción para buscar hogares para los perros rescatados. Esto se efectuará después de un proceso de rehabilitación que garantizará que los animales están sanos y podrán vivir con los seres humanos.