Una capa gris cubría hoy cerca de 70 hectáreas de maíz y otras 40 de pastos en la comunidad Pillate de la parroquia Cotaló en Pelileo. La última explosión volcánica, ocurrida a las 05:30 del sábado pasado en el Tungurahua, desató una fuerte caída de ceniza sobre ese poblado localizado a 5 kilómetros en línea recta del macizo.
Los agricultores temen que este año se pierdan muchos de sus cultivos. Según ellos, la ceniza que se acumuló en las hojas y en las ramas de las plantas hizo que éstas se desplomaran. Juan Rodríguez, de 60 años, es uno de los agricultores afectados.
En su opinión, la detonación de esa madrugada sorprendió a todos. El estruendo hizo que vibraran las ventanas de las casas y luego se desató la caída de tierra negra. “No pudimos hacer nada. Los maizales y potreros se cubrieron con ceniza. Ésta quema e impide que se desarrollen las mazorcas”.
Este hombre invirtió USD 700 en una cuadra de maíz que sembró en octubre pasado. Dijo que faltan dos meses para la cosecha.. También sus tres cabezas de ganado se quedaron sin alimento. Por eso el domingo compró hierba en Pelileo. “Es lamentable lo que ocurre, no podemos limpiar el pasto por la lluvia. Una capa de 2 a 3 milímetros abraza todo”.
Cerca de allí, desde lo alto de la casa de Trabajo Moncada, otro de los productores, se podía divisar un paisaje desolador. Moncada estaba desesperado porque el 30% de las plantas de su cuadra de maíz, que sembró en septiembre del año pasado, estaban en el suelo. “Considero que los USD 800 que invertí no los recuperaré”.
A las 10:30, Pillate se veía casi desolado. Un grupo de niños jugaba en la cancha central del pueblo compuesto por casas de bloque, madera y techados de teja cubiertos con el polvo volcánico. La lluvia hizo que este material se convirtiera en una pasta dura.
Iván Ojeda, otro vecino del lugar, también se lamentaba. “El maíz de todo el pueblo debía cosecharse en marzo y en abril. Creo que entre el 30 o el 40% de la producción se perderá”.
En eso también estuvo de acuerdo Juan Martínez, presidente de la Junta Parroquial de Cotaló. “Técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería realizaron una evaluación de los daños. Determinaron que Pillate es el sector más afectado”.
En ese lugar, 1 500 cuyes y más de 200 cabezas de ganado se quedaron sin alimento. La ceniza cubrió por lo menos 40 hectáreas de pastos y hierba. Algo similar ocurrió con las plantaciones de maíz. Se calcula que al menos 70 hectáreas están malogradas. Los afectados piden apoyo al Magap.
Entre tanto, el volcán volvió a calmarse desde la noche del sábado pasado. Hoy, los técnicos del Instituto Geofísico no registraron más explosiones ni lluvias de polvo volcánico.