Desde el 2012 se registra un promedio de 2 000 chicas embarazadas de entre 10 y 19 años en Tungurahua. Esto según la Estrategia Nacional de Planificación Familiar para Adolescentes (Enipla).
A la par, el Consejo Cantonal de la Niñez y Adolescencia (CCNA) detectó el año pasado que en los colegios Ambato, Hispano y Natalia Vaca un promedio de entre 30 y 50 embarazos en cada uno.
“Sin embargo, no hay discriminación. Las chicas pueden amamantar en los recreos y aconsejan a sus compañeras para que se cuiden”, dice Teresa Hidalgo, rectora del Hispano América.
En este contexto social, esta semana el tema de la Píldora Anticonceptiva de Emergencia (PAE) se trató mucho en los medios locales con la participación de médicos, representantes de organizaciones y padres de familia.
Las opiniones se dividieron, pero todos admitieron que hay problemas con los embarazos prematuros y las enfermedades venéreas.
No todos los adolescentes están enterados sobre la píldora del día después.
El viernes pasado, en un grupo de chicas hubo quienes se sonrojaron al ser consultadas sobre la PAE. Las muchachas, de entre 14 y 15 años se miraban entre sí y finalmente dijeron que no sabían. La plática se desarrolló cerca del Colegio Hispano América, uno de los más importantes de la urbe.
“Algo escuché en las noticias. Necesitamos saber más”, admitió una de las jóvenes que estudia en primero de bachillerato.
De hecho, el 15 de abril se organizará una reunión de planificación para delinear compromisos y charlas con los jóvenes sobre métodos anticonceptivos y acciones urgentes para enfrentar los embarazos en adolescentes.
Participarán representantes de los consejos estudiantiles de los colegios Ambato, Hispano América, Natalia Vaca, Guayaquil y Bolívar. Además, trabajadoras sociales, médicos, técnicos del CCNA, fundaciones y funcionarios de diversos ministerios.
“El mensaje no está llegando a los jóvenes y eso nos preocupa. La píldora ya se distribuye en las unidades operativas, pero es importante precisar conceptos y conocimientos”, explicó Pilar García, secretaria ejecutiva del CCNA, cuya oficina está en la Rocafuerte y 12 de Noviembre. Allí acuden mujeres, niños y adolescentes que han sido víctimas de maltrato familiar.
“Las cifras ubican al país en primer lugar de embarazos de adolescentes en Latinoamérica. En consecuencia, este es un problema de salud pública porque afecta al desarrollo biológico y sociológico de los jóvenes”, precisó María Fernanda Andrade, coordinadora de la Enipla en la región.
Este tema ha sido abordado de diferentes maneras en los colegios femeninos y mixtos de la urbe. En el Colegio Ambato, el viernes pasado, los funcionarios de Consejería Estudiantil dijeron que aún no tenían una disposición oficial para tratar el asunto de la PAE.
En el Colegio Hispano, en cambio, 35 alumnas integran un grupo que se encarga de dar charlas sobre educación sexual. Esta brigada recibe capacitación de médicos de esta institución y dos profesoras que interactúan con las alumnas durante los recreos.
Para la coordinadora de esta brigada, Isabel Núñez, los embarazos ocurren por tres factores: escasa comunicación entre padres e hijos, falta de valores y desorganización familiar causada por la migración.
Para tomar en cuenta
Byron Amaluisa, director del Área de Salud No. 2 de Tungurahua, dice que los adolescentes y las personas adultas pueden obtener la píldora gratuitamente en las unidades operativas de salud. “Ellos reciben una charla previa, pues hay otros métodos anticonceptivos”.
La pastilla del día después, según el MSP, no es abortiva sino anticonceptiva, porque hace que el moco vaginal aumente e impida el paso de los espermatozoides. Después del consumo, la mujer puede tener náuseas, fatiga, mareo y dolores de cabeza.