Trato de compaginar la libertad entre mi trabajo como comunicador, mi familia y la convivencia con el ambiente. La libertad es el bien más preciado que un ser humano puede tener.
Gracias a Dios aún puedo ir con mi familia a cualquier rincón del país sin temor a discriminaciones. En Ibarra, al ser una urbe pequeña, esa libertad se vive a través de la amistad, la búsqueda de soluciones y el intercambio de convivencias.
Llevo 38 años ejerciendo la comunicación radial. En estos últimos meses se habla tanto de la Ley de Comunicación que como nunca he sentido temor de que el derecho a expresarse pueda algún día terminar o se someta a la voluntad de los intereses políticos y del poder.
Pese a ello siento la plenitud de mi libertad tras el micrófono en la cabina de la radio porque trato de interactuar cada día con diversos grupos sociales, económicos y étnicos. Nuestra provincia es plurinacional y conozco a través de los entrevistados un poco más sobre su identidad y sus inconvenientes.