Brisdiley Guerrero Díaz atiende en el área de solicitud de crédito educativo del Banco del Pacífico, en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / El Comercio
Sobre el escritorio, los funcionarios del departamento de créditos educativos del Banco del Pacífico, en Quito, tienen un documento que les sirve de guía para solventar las dudas de los jóvenes que buscan un crédito educativo.
Desde noviembre del año pasado, se implementaron cuatro reformas para la entrega de esos préstamos. Ya se aplican para tercer y cuarto niveles de instrucción en el país o en el extranjero.
Antes no existía un límite de monto máximo para los desembolsos. Ahora, en cambio, no se puede solicitar más de USD 30 000.
Según Efraín Vieira, gerente del Banco del Pacífico, en los últimos cinco años se entregaron 12 185 créditos y se invirtieron USD 201,9 millones.
Según el funcionario, esta decisión fue adoptada tras un análisis realizado a las ayudas que recibían los jóvenes para sus estudios en años anteriores. En ese reporte se descubrió que, del 100% de créditos educativos otorgados en Ecuador, el 93% correspondía a cantidades inferiores a USD 30 000. El otro 7% corresponde a montos superiores.
Pero también influyó otro factor: la crisis financiera que golpea al país. “Los fondos existentes para este tipo de operaciones cada vez son menores. Hoy la situación del país es diferente. Teníamos dos opciones; eliminarlos o disminuir las condiciones”, añadió el funcionario.
Por eso, en este año se prevé entregar USD 50 millones para créditos, lo cual es un “monto alto en tiempos de disminución”, según Vieira. Pero esta cifra representa USD 36,48 millones menos de que lo se desembolsó en el 2015.
Algunos estudiantes y profesionales están preocupados por los recortes en el área académica de posgrado. Maxwell Salazar, por ejemplo, es un ingeniero en mecatrónica de 25 años. Se graduó en la Escuela Politécnica del Ejército (Espe) y busca especializarse en la Universidad de Leeds, en Inglaterra.
En el Banco del Pacífico le indicaron que el crédito le cubre USD 30 000 para su formación académica, pero su maestría es un poco más costosa, por lo que espera que le entreguen el monto máximo y que el resto pueda financiarlo con la ayuda de sus familiares. Calcula que requerirá unos USD 3 000 adicionales.
¿Cuál es otro cambio para los créditos educativos? Vieira explicó que se cerraron los préstamos para los alumnos de educación continua (carreras que no requieren de título de bachiller para cursarlas).
La razón: se priorizará el financiamiento para estudios universitarios, pues “lo más importante es pregrado y finalmente los estudios de posgrado en el exterior”, explica el funcionario del banco.
José García, de 24 años, no está de acuerdo con la medida. Él iba a solicitar ayuda en el Banco del Pacífico para estudiar aviación en la academia ADF Airways de la Florida (EE.UU.) y graduarse de piloto comercial en un año.
El costo de su carrera es de USD 77 000. Ahora, su objetivo es trabajar en una aerolínea internacional, en puestos que lo acerquen poco a poco a su sueño. En la actualidad busca opciones para capacitarse en Colombia y Bolivia, donde los costos para estudiar aviación son más baratos.
Para Milton Luna, director la organización Contrato Social, que desarrolla estudios sobre educación en Ecuador, los límites en los montos de los préstamos educativos son una señal de que en Ecuador, frente a una crisis económica, se priorizan los criterios fiscales y no de calidad educativa. “Se debería favorecer el financiamiento”.
La tercera reforma se relaciona con el tiempo de gracia que se le otorga al alumno para comenzar a cancelar la deuda tras terminar los estudios para los que solicitó el crédito.
Antes de noviembre del 2015 era de un año, pero se redujo a seis meses. El objetivo es que el Pacífico no demore en recuperar lo invertido y se mejore la rentabilidad.
La cuarta reforma es la modificación del plazo de pago de la deuda de hasta 23 años a 11 años y seis meses. Era “extremadamente largo” y la entidad busca recuperar pronto lo invertido, según Vieira.
Esas modificaciones fueron planteadas ante los comités de cambios del Banco del Pacífico y luego pasaron al Directorio para ser aprobadas. A partir del 1 de febrero se difundirán estas políticas en la página web de la institución.
Otros alumnos, en cambio, están eligiendo carreras y especializaciones más económicas que no superen los USD 30 000. Luis Peñaherrera, de 25 años, es ingeniero en sistemas de la Espe. Quiere estudiar una maestría en Gestión de Proyectos Informáticos, que le cuesta USD 12 000 en la Universidad de Ciencias Informáticas de La Habana, Cuba. En Europa o Estados Unidos, su formación le costaría el doble.
Juan Martín Cisneros, en cambio, cursa el segundo semestre de Administración de Empresas en la Universidad San Francisco. Busca trabajo para poder estudiar, ahorrar, y costearse una maestría que vale USD 65 000 en la universidad Full Sail de Miami.
Desde noviembre pasado, hasta la fecha se registraron 350 solicitudes de crédito. Las autoridades actualmente evalúan si se han reducido o incrementado los pedidos porque diciembre y enero son meses con más demanda, según los registros históricos de solicitudes. “Ya viene marzo cuando es fuerte. Ahí realmente se podrá medir el impacto”, informó Vieira.