Las campañas de reciclaje en la capital lojana permitieron la recolección de siete toneladas de pilas usadas. En septiembre próximo iniciará la décimo segunda campaña de recolección. Son 11 años que se realiza esta actividad ecológica.
Un promedio de 500 libras de baterías se recolecta cada año. Sin embargo en mayo del 2014 se entregó una tonelada y un quintal más.
Para Galo Carrillo, coordinador de los Ecoclubes en Loja, de Naturaleza y Cultura Internacional, estos resultados permitieron evitar una mayor contaminación ambiental.
Según investigaciones, una pila botón -que se utilizan en los relojes o calculadoras de bolsillo- contamina 500 litros de agua, y las cilíndricas 200 litros.
Las pilas son elaboradas con materiales pesados (mercurio, ploma, cadmio…) que al descomponerse liberan químicos tóxicos.
Estas pilas son almacenadas en el relleno sanitario del Municipio de Loja. Allí los obreros las colocan en botellas plásticas selladas, para luego distribuirlas en construcciones de cemento como muros de contención particularmente, explica Yonel Ramírez administrador del Relleno Sanitario.
Según Carrillo, de esta forma no se neutraliza el poder contaminador de las pilas, porque el concreto sella la distribución de los gases.
Cuando inició la campaña en el 2002 tan solo se recolectaron 60 libras. A medida que pasaron los años, los estudiantes fueron difundiendo los efectos dañinos y de esta forma lograron acaparar más pilas.
Las pilas de botón, a pesar de su reducido tamaño son las más contaminantes porque contiene óxido de mercurio. Las pilas de petaca o cilíndricas contienen menos metales pesados, pero se producen en mayor cantidad.
Cuando de forma incorrecta son tiradas con el resto de los desechos van a parar al vertedero o a la incineradora.
Entonces, el mercurio y otros metales pesados tóxicos llegan al medio ambiente perjudican a los seres vivos. Siguiendo la cadena alimentaria, el mercurio puede afectar al hombre.
Para Carrillo el aporte de los 45 Ecoclubes existentes en la provincia han permitido que se controle el nivel de contaminación. En los 15 cantones restantes de la provincia de Loja, también se aplica la campaña con buenos resultados.
Igualmente, estas pilas se las neutraliza en construcciones de hormigón, para evitar tirarlas al ambiente. Desde el sector rural se ha recolectado la mayor cantidad de pilas. Esto porque existen poblados donde la energía eléctrica no llega o es suspendido el servicio por diferentes factores. Entonces se utilizan estas pequeñas baterías para linternas, radios y otros aparatos.
A Rosario Ramón, de la parroquia rural de Santiago, su nieta Fernanda Carrión le enseñó a guardar las pilas en una botella para luego entregarlas el día de la recolección. Aunque no entiende mucho de la contaminación, su nieta le mostró como una pila tinturó una botella de agua limpia.
“Con solo ver eso entendí que esas pilas dañan el agua, luego los animales consumen o regamos las plantas. Estamos comiendo veneno en pocas palabras”, argumenta Ramón, de 65 años.
Para Juan Carlos Ortega, coordinador del Servicio Civil Ciudadano del Ministerio del Ambiente, el reciclaje de las pilas permite incentivar a los jóvenes a dar un destino adecuado de los desechos contaminantes. Además, la colaboración de las instituciones como los municipios permite neutralizar los efectos nocivos de los químicos.
El Comité de Defensa de la Biodiversidad integrado por el Municipio de Loja, Ministerio del Ambiente, Naturaleza y Cultura Internacional, entre otros, cada 17 de mayo organizan el Festival de las Cuatro R (rechazar, reciclar, reutilizar y deducir). Allí presentan estas formas de reciclar y se recolectan botella, cartón y otros materiales de reciclaje.