44 días para cerrar la negociación con la Unión Europea

El mercado europeo es el principal destino de las exportaciones no petroleras el país. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO

El mercado europeo es el principal destino de las exportaciones no petroleras el país. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO

El mercado europeo es el principal destino de las exportaciones no petroleras el país. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO

Entre los empresarios nacionales que exportan a la Unión Europea (UE) existe preocupación sobre el futuro de sus negocios a partir de enero del 2015. Y más cuando la semana pasada no se cerró la negociación comercial con la UE.

A partir del primer día del próximo año la oferta exportable de Ecuador deberá pagar aranceles porque finaliza el Sistema General de Preferencias (SGP Plus), que permite el ingreso de productos nacionales a la UE sin pagar impuestos.

Lo anterior podría resolverse firmando un acuerdo comercial y definiendo un mecanismo para mantener las preferencia mientras el acuerdo entra en vigencia.

Ese era el objetivo de la tercera ronda de negociación que finalizó la semana pasada, en Bruselas. Sin embargo, se necesitará, al menos, otra reunión.

Felipe Ribadeneira, presidente de Fedexpor, asegura que todavía hay una opción en julio para cerrar la negociación, pues en agosto próximo empiezan las vacaciones en Europa y es posible que los negociadores sean reemplazados, lo cual demoraría más la negociación.

Para el Gobierno el escenario de enero, sin acuerdo y sin SGP Plus es preocupante, debido a que las pérdidas en un año, según la Cepal, ascenderían a  USD 200 millones, aunque la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor) las calcula en 465, 2 millones.

Uno de los productos que mayores afectaciones tendría es el atún, sobre el cual se aplicaría un arancel del 24%.

Agustín Jiménez, titular de Empesec/Galapesca, señaló que para su empresa el mercado europeo representa el 50% de las ventas, pero existen compañías para las que es del 80%.

Si bien el pago de aranceles iniciaría en enero, las ventas del producto se hacen con meses de anticipación, por lo que al iniciar el cuarto trimestre del año ya deberán darles a los compradores del producto un panorama del valor de las exportaciones nacionales.

Una situación similar enfrentan los comercializadores de brócoli, para quienes el mercado europeo representa el 50% del total de sus ventas.

“(Sin preferencias) no tenemos otra alternativa que pagar. Pero, tendremos que buscar otros mercados. Se tendrá que reducir precios, producción y personal. Aún no hemos definido cuánto porque esperamos que haya acuerdo. Sin eso tendremos que bajar las ventas a Europa”, dijo Rafael Gómez de la Torre, presidente de la Asociación de Productores de Frutas y Legumbres del país.

Hay preocupación en el sector debido a que los contratos de venta del producto se realizan en octubre y para esa época es necesario tener un panorama claro de la situación.

Según el empresario, los compradores ya están consultando qué sucederá con el acuerdo y, por ahora, la respuesta que dan los exportadores es que sí se firmará.

Frente a esta realidad los exportadores de brócoli tendrán una reunión esta semana para analizar las acciones a tomar.

Europa es el principal destino de las exportaciones no petroleras del país. Para algunos productos, como el banano, es el primer destino de venta.

“(Los compradores) están preocupados en función de que Ecuador cierre o no las negociaciones. Nuestros competidores están felices, cruzando los dedos, de que el país no cierre las negociaciones porque ahí venderán más banano”.

Esto se debe a las sustanciales diferencias de precios. Si bien sobre la fruta no se aplican aranceles, sí existen rangos de valor por tonelada métrica que bajan conforme pasan los años.

En el 2013, Ecuador pagaba 132 euros por tonelada métrica y sus competidores 124 euros. Este año 132 euros contra 117 y para el próximo año será de 132 frente a 110 euros. Estos valores podrían equipararse con el acuerdo y evitar que se reduzca la venta de las 60 millones de cajas anuales y el impacto frente a 100 000 puestos de labor.

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