Tres aerogeneradores instalados en San Cristóbal, Galápagos, para generar 1 megavatio es lo más visible en cuanto a energías renovables en el país. Luego de ser instalado en 2008, este parque eólico permite cubrir el 30% de la demanda de electricidad en la isla.
Desde 2005 también funciona un parque fotovoltaico en Floreana, que cubre el 30% de la energía eléctrica requerida. Estos dos proyectos son impulsados a través de Energía Renovable para Galápagos (Ergal).
El resto está aún en proyectos. El Ministerio de Electricidad y Energía Renovable tiene previsto instalar en este año un segundo parque eólico de 1,7 megavatios en las islas Baltra y Santa Cruz. Además, están en estudios los proyectos de otros dos parques eólicos: el de Salinas (15 megavatios), en el límite entre Carchi e Imbabura, y el de Villonaco (15), en Loja.
Roberto Custode, director nacional de energía renovable, señala: “El objetivo es contar con una fuente renovable alterna para paliar los períodos críticos de estiaje y ayudar a afrontar los efectos del cambio climático. Es parte de la matriz energética que apunta a que, a partir de 2020, Ecuador ya no dependa de generación térmica”.
Se avanza con el diseño del proyecto del parque fotovoltaico en Carcelén (Quito). En un inicio inyectará 0,5, de un total de 5 megavatios, a la red eléctrica y costará USD 5 millones.
A su vez, desde 2007 está en marcha el proyecto Eurosolar, que pretende dotar de electricidad a 91 comunidades extremadamente aisladas y pobres. Su ejecución demandará USD 10 millones y es financiada por la Unión Europea. También continúan los estudios de 15 minicentrales hidroeléctricas (hasta 10 megavatios).