El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Tulcán, fronteriza con Colombia, que ha pedido que el cierre se prolongue por un mes más. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Ecuador no se apresurará a abrir sus fronteras terrestres con Colombia y Perú hasta encontrar un mecanismo que garantice las medidas de seguridad sanitarias en coordinación con los gobiernos vecinos.
“Dependemos de las decisiones que tomen los países vecinos, sobre todo Perú que ha tenido una duración de su pandemia y de los contagios mucho más prolongada que la nuestra”, dijo la ministra de Gobierno, María Paula Romo.
Agregó que el caso de Colombia es parecido porque “las restricciones también se han extendido mucho más allá que las nuestras”.
El sábado 17 de octubre, el presidente Iván Duque aseguró que su Gobierno estudiaba reabrir a partir del próximo 1 de noviembre la frontera terrestre con Ecuador, cerrada desde marzo por la pandemia de la covid-19, para lo cual ya conversó con su homólogo Lenín Moreno.
“Lo que esperamos es que esta semana (…) podamos tener una teleconferencia con el equipo del Ecuador para ponernos la tarea de hacer esa reapertura de la frontera a partir del primero de noviembre”, afirmó Duque en Pasto, capital del departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador.
Pero Romo aseguró que “no hay una fecha para la apertura todavía”, si bien “tampoco se descarta. Estamos trabajando” en ello.
Uno de los obstáculos es una petición del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Tulcán, fronteriza con Colombia, que ha pedido que el cierre se prolongue por un mes más.
“Tenemos la discusión entre gobiernos y también la posición de los gobiernos seccionales y estamos tratando de hacer las consideraciones necesarias. Siempre la primera consideración tiene que ver con evitar la propagación del virus en donde se ha logrado controlar mejor el contagio”, apuntó la Ministra en alusión a su propio país.
Ecuador fue de los primeros países de la región en abrir sus fronteras aéreas, pero las terrestres, explicó Romo, es mucho más complicado por el volumen de gentes.
“Es mucho más sencillo controlar los temas de bioseguridad en las fronteras aéreas; hablamos de cantidades muy inferiores de personas entrando y saliendo del país porque además las frecuencias aéreas son mucho menores que en otras épocas”.
Pese al cierre de fronteras, Romo recordó que el tráfico de bienes, servicios y el tráfico comercial no se han suspendido en ningún momento de la pandemia, pero que la precaución en el caso de personas requiere saber de antemano “qué tipo de exámenes se van a pedir; qué síntomas se van a revisar; qué tan fácil, según el número de personas, se puede convertir el tema es lo que estamos discutiendo”.