Personal de la constructora Hidalgo&Hidalgo y de la Prefectura de Pichincha perforaron ayer una piedra gigante para colocar dinamita en su interior, a la altura del kilómetro 28. Foto: Galo Paguay/EL COMERCIO
La presencia de una roca gigante es el principal obstáculo que impide la reapertura de la vía Alóag-Santo Domingo.
Esa piedra se encuentra en la ladera del km 28, donde se produjo el deslizamiento la noche del jueves 19 de marzo, el cual mantiene cerrado el paso.
Esa roca debe ser destruida para permitir la caída de arena y piedras pequeñas, que se han acumulado en la cima. Si no se hace esa tarea puede ocurrir otro derrumbe con las lluvias.
La destrucción de la piedra se hará con la detonación de material explosivo.
En esta zona sucedió uno de los más de 30 derrumbes que se han presentado a lo largo de toda la vía, desde el pasado jueves. Este es el primer punto donde la carretera está bloqueada, aunque el tránsito está restringido desde el peaje de Santa Rosa (kilómetro 7).
“La magnitud del derrumbe es enorme. Tuvimos uno hace dos o tres años de 20 000 metros cúbicos, pero este es el más grande que hemos tenido en los últimos años”, aseguró el prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja. Él supervisó ayer el avance de los trabajos que, según dijo, podrían terminar ayer u hoy. “Hasta que esas grandes rocas se puedan dinamitar no vamos a abrir la carretera”.
Pese a que hace más de un año ya se presentó un derrumbe similar en el kilómetro 28, este sector no fue registrado como una zona vulnerable, en un estudio realizado por la Prefectura de Pichincha.
En esta evaluación, que se realizó hace más de seis meses como prevención, se identificaron las zonas de riesgo de esta carretera. “En el estudio inicial, el kilómetro 28 no estaba considerado. Este es un tema de la naturaleza”.
Paralelamente, se ejecutaron obras preventivas, que son permanentes. Por ejemplo, el reforzamiento de ambos lados de la vía, sobre todo a lo largo del cauce del río Toachi; limpieza de cunetas, alcantarillas y trabajos en la parte alta.
Por esa razón, reitera Baroja, no se trata de un talud con una fracturación anterior, sino un desprendimiento de tierra causado por las lluvias. “No hay ningún geólogo en el mundo que pueda prevenir esto”.
Fabián Castillo, de la concesionaria de la vía Hidalgo &Hidalgo, reitera que los derrumbes en el km 28 son impredecibles. “Son rocas sanas que no tienen ningún problema. Pero con la naturaleza no se puede controlar. Después hay que tomar medidas”.
En cambio, los derrumbes que hubo más abajo en la parroquia Alluriquín, en Santo Domingo de los Tsáchilas, eran previsibles. Según las autoridades, los deslizamientos son el resultado de una falla geológica que fue detectada en el 2010.
Daniel Ferrín, director zonal 4 de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), explicó que si bien el recinto La Unión del Toachi es el epicentro del riesgo, hay una poligonal que encierra a Alluriquín en el ‘cordón de fuego’.
Para Ferrín, estas zonas son consideradas como sitios de multiamenazas, debido a que pueden ocurrir deslizamientos e inundaciones con fuertes precipitaciones. “Las lluvias saturan la tierra ocasionando los derrumbes”.
Otro factor es la convergencia de los ríos Damas y Toachi, que cuando crecen provocan inundaciones y socavamientos en el subsuelo.
Los geólogos de la Escuela Politécnica Nacional, Eliana Jiménez y Pedro Reyes, hicieron otro informe sobre el recinto Unión del Toachi. Ellos determinaron que en la estructura del suelo de estos poblados hay exceso de humedad. En base a este estudio, la SNGR declaró como zona de alto riesgo al recinto, el pasado 12 de agosto.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología registró un aumento de lluvias desde febrero para la provincia Tsáchila. En condiciones normales se esperan 441, 6 milímetros, pero hasta fines de febrero llegaron 493 milímetros. El análisis climatológico indica que en todo este mes las lluvias podrían alcanzar los 478,8 milímetros. Hasta el 20 de marzo llovieron 120.
Las víctimas
Hasta ayer se contabilizaron ocho personas fallecidas por los derrumbes en la vía Alóag. También hay un vehículo desaparecido con cinco ocupantes, que se presume fue atrapado por un deslave.
El pasado domingo también se encontraron los cuerpos de los tres desaparecidos en Bolívar. Los restos fueron trasladados a la morgue del cementerio de San José de Tambo, donde se hizo la autopsia legal.