Maquinaria de la Prefectura de Santo Domingo y de la compañía Hidalgo& Hidalgo trabajan en el kilómetro 72 de la parroquia Alluriquín para despejar la tierra de un alud. Foto: Bolívar Velasco/ EL COMERCIO.
Las labores de evacuación de la tierra que se desprendió de un cerro de la parroquia Alluriquín y que bloqueó el paso en la vía Alóag– Santo Domingo, se reanudaron este sábado 21 de marzo del 2015. Pero la maquinaria de la compañía Hidalgo&Hidalgo y de la Prefectura Tsáchila tuvieron que doblegar esfuerzos debido a que esta mañana, en el kilómetro 72, se presentó un nuevo deslizamiento.
Se trata de una masa de tierra que no alcanzó a desprenderse durante el alud del viernes 20 de marzo del 2015. A la vía cayeron 10 000 metros cúbicos de material pedregoso. Las autoridades consideran que es una proporción menor a la cantidad de tierra que cayó en el primer derrumbe del pasado 20 de marzo.
Pese a que en la zona el clima favorece con un intenso sol, la tierra que se deslizó formó un fango que imposibilitó el paso de los vehículos de las instituciones estatales que intentaron acceder para evaluar la situación. El Comité de Operaciones de Emergencias (COE) se reunió al mediodía de este sábado para analizar los problemas en los cerros y las afectaciones a las familias.
Una de las primeras medidas tomadas es que ningún vehículo ingrese por la zona del derrumbe para evitar eventualidades. Esta sugerencia la dio la Prefectura debido a que en la zona aún cae gran cantidad de tierra.
El COE no determinó aún si durante este día se abrirá el paso por la carretera. Este sábado, por ejemplo, una fila de 300 tráilers y camiones esperaban cerca del peaje de Santo Domingo para poder viajar hacia Quito. Vehículos de la Policía Nacional bloquearon los accesos del peaje y desde ahí los uniformados informaban a los conductores sobre los riesgos que hay para pasar.
Esto en cambio no fue impedimento para los moradores de la parroquia Alluriquín quienes salieron de sus casas la noche de ayer para dormir en hoteles y casas de familiares de la ciudad de Santo Domingo de los Colorados. Ellos atendieron el pedido de las autoridades que los alertaron sobre los riesgos de permanecer en sus casas.
Esta mañana en medio del fango decidieron cruzar a pie para verificar que todo esté en orden en sus viviendas. Los habitantes temen que sus casas al estar abandonadas sean el blanco de la delincuencia. Es la misma percepción que tienen las familias que fueron llevadas a albergues provisionales, como el que se encuentra en el coliseo Tsáchila.