Hoy, 13 de febrero del 2015 se hizo una revisión minuciosa de las unidades previo a sus salidas. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.
Entre las 06:00 y las 10:00 tres transportes interprovinciales fueron prohibidos de salir con pasajeros desde la Terminal Terrestre ‘Jaime Roldós Aguilera’, norte de Guayaquil.
Personal de la oficina de Transporte Público de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), hizo una revisión minuciosa de las unidades previo a sus salidas. Los tres buses tenían averiadas sus plumas limpiaparabrisas. Ayer jueves, 12 de febrero del 2015, 20 unidades no pasaron los controles.
Al igual que en los casos en que también se detectan averías o fallas en el sistema de luces, parabrisas trizados, llantas lisas, los choferes son conminados a realizar las reparaciones o sustituciones respectivas, para recibir la autorización de salida. Además se hace una revisión de los documentos del vehículo y del conductor.
“Los controles son permanente, las 24 horas. Ningún vehículo sale de la Terminal si no pasa la inspección física”, dijo uno de los agentes.
Debido a la intensa actividad de la terminal, en donde ayer desde muy temprano empezó a haber un mayor movimiento de viajeros, la frecuencia de salida de vehículos sobre todo a la Sierra centro, Manabí, Santa Elena y Esmeraldas, aumentó.
La lluvia que cayó desde el amanecer no fue impedimento para que las verificaciones sean estrictas. A los controles de la CTE, la mañana de este viernes 13 de febrero del 2015 se sumó personal de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
Junto al área de revisión, en los patios posteriores de la terminal, también se cumple con el control de alcoholemia a los conductores de la transportación interprovincial.
A los siete alcoholímetros instalados por la ANT, debido al largo feriado de Carnaval, la Fundación Terminal Terrestre sumó otros cuatro portátiles. En días posteriores los equipos presentaron problemas de red.
A los conductores les toma en promedio 45 segundos obtener el ticket de la máquina, luego de ingresar su número de cédula, poner su huella dactilar, ubicar la ciudad de origen y la de destino en un mapa y soplar en una boquilla.