Ecuador no tiene centros para formar a instructores de manejo

El martes (23 de diciembre), en el norte de Quito, un instructor de una escuela de conducción no profesional explicaba a los alumnos cómo ingresar a los redondeles. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

El martes (23 de diciembre), en el norte de Quito, un instructor de una escuela de conducción no profesional explicaba a los alumnos cómo ingresar a los redondeles. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

El martes (23 de diciembre), en el norte de Quito, un instructor de una escuela de conducción no profesional explicaba a los alumnos cómo ingresar a los redondeles. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

Hombre o mujer, mayor de 23 años, con experiencia mínima de cinco en la conducción y con título de bachiller. Esa es la radiografía de los actuales instructores que trabajan en las escuelas de manejo no profesionales del país.

Los requisitos se fijaron en el Reglamento de Escuelas de Capacitación de Conductores Sportman, un documento que rige desde el 20 de enero del 2003 y que no se ha reformado desde entonces. En la normativa se agrega una condición más: que los aspirantes posean título en instrucción vial.

Para eso se dispuso que los centros de formación autorizados por el Consejo Nacional de Tránsito -hoy Agencia Nacional de Tránsito- otorgaran los certificados a los profesores.

Pese a los 11 años de vigencia del Reglamento, hasta ahora en el país no hay institutos que se encarguen de la educación de los instructores viales.

¿Cómo se entrenan entonces los maestros de los 129 centros sportman que operan a escala nacional? Freddy Rodríguez, presidente de la Asociación de Escuelas de Conducción no Profesional (Aecon), asegura que la capacitación se hace de acuerdo con el “mejor criterio” de cada empresa.

“En primera instancia lo hacía la Policía de Tránsito. Algunas escuelas tuvimos la suerte de que los agentes formaran a los primeros instructores. Nos dieron 40 horas de clases. A partir del 2008 eso quedó en el limbo. Es una falencia del Estado”.

El gremio señala que en el 2010 presentó un proyecto para crear un centro de formación. Sin embargo, la Agencia Nacional de Tránsito “nunca autorizó y quedó en nada", cuestiona Rodríguez.

Este Diario accedió a una entrevista con Lorena Bravo, directora (e) de la ANT. La funcionaria reconoce que en el país no hay institutos. Y comenta que para enero del 2015 el ente de control dictará las primeras capacitaciones a 2 000 instructores de las escuelas de conducción profesional.

¿Qué ocurre con los centros de enseñanza sportman? El proyecto, por ahora, no contempla formación para ellos.

Para paliar esta falencia, en Aneta, por ejemplo, evalúan en tres áreas (psicosensométrica, teórica y práctica) a los futuros instructores. También reciben una inducción de 15 días sobre los procesos académicos y asisten a un curso de 12 horas de formación y reciben un título.

Patricio trabaja 11 años en una escuela. Antes de llegar a esa empresa, él era Jefe de Operaciones en una compañía de correos. Desde el 2003 hasta el 2005 fue profesor de conducción. Actualmente es supervisor en esa área y dice que ahora incluso se aplican pruebas psicológicas a las personas que quieren ocupar el cargo de instructores en educación vial.

El capitán Mauricio Maya lleva una década en el Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT). Es jefe de ese departamento en Quito.

A su criterio, la conducción debería considerarse como una profesión. Es decir, las universidades -aclara- tendrían que asumir la enseñanza de los aspirantes a las licencias profesionales y sportman.

Las escuelas profesionales

Las escuelas de capacitación para conductores profesionales también se rigen a un reglamento. El más reciente fue expedido en noviembre del 2013 por Paola Carvajal, entonces directora de la ANT.

Los requisitos que se piden a los instructores de estos centros difieren de los que se exigen a los maestros de escuelas sportman.

Las condiciones para acceder a una plaza en un centro de capacitación profesional son cinco: al menos un año de vigencia de la licencia, ser mayor de 20 años, no registrar antecedentes por delitos de tránsito, poseer el certificado de instructor en educación vial y, además, cada año deben renovar un documento que avale la posesión de al menos 20 puntos en el carné de manejo. Caso contrario, se les inhabilita para la enseñanza.

Los 2 000 instructores que capacitará la Agencia el próximo año recibirán durante cuatro meses asignaturas relacionadas con educación vial y se tomará en cuenta el tipo de licencia que entrega la escuela donde trabaja el instructor para reforzar los conocimientos. Luego de ese período se certificará a los profesores.

En 2008, tras la reapertura de las escuelas de manejo profesionales, el entonces Consejo Nacional de Tránsito capacitó a 500 instructores. Un segundo proceso académico se desarrolló con la Universidad de Cuenca y se certificó a 1 000 profesores. Desde entonces no ha habido más formación por iniciativa del Estado.

Fabricio Vivanco, director de la Escuela del Sindicato de Choferes de Pichincha, sostiene que frente a esta realidad en ese centro se prepara a los instructores dos veces al año. Se los educa en conocimientos generales, legislación, pedagogía, atención a los alumnos... “Los formamos con personal de la Universidad Central. Tenemos un convenio con ellos”.

Ese mismo acuerdo firmó el Sindicato de Choferes del Azuay con la U. de Cuenca. En junio del año pasado, 139 estudiantes (de Loja, Cañar, Tungurahua, Imbabura y Azuay) recibieron el certificado.

En 2012 ya hubo un proceso similar con el mismo centro educativo. La idea es que los profesores actualicen sus conocimientos sobre el tránsito.

Desde el 2010, Cristian Herdoíza trabaja como instructor en Tungurahua. Para él, las capacitaciones son fundamentales para conocer los cambios que se implementan en la legislación. Solo entre el 2008 y el 2014 se han dado cuatro reformas: tres en la Ley de Tránsito y una en el Código Penal.

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