Empresa de vegetales Guadaproducts ubicada en la parroquia de Checa. Luego de la emergencia sanitaria, seis meses tomará reincorporarse a las actividades productivas normales, pero dependerá del tipo de negocio, según analistas. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Cuatro economistas analizaron los retos de la economía ecuatoriana luego de casi un mes de cuarentena, en un foro ‘on line’ organizado este jueves 9 de abril del 2020, por la Universidad de Las Américas (Udla).
Vicente Albornoz, decano de la Facultad de Ciencias Económicas, quien dirigió el debate, mencionó que por cada mes de paralización o reducción de actividades por la emergencia sanitaria, la economía del Ecuador podría decrecer en 2 puntos del PIB.
Los efectos de la emergencia se ven principalmente en la liquidez de las empresas, dijo Felipe Martínez, vicerrector administrativo de la Udla.
Él mencionó que la universidad realizó un estudio en el que se encontró que alrededor del 50% de las empresas de la muestra no podrían resistir más de 37 días si no generan ingresos.
Las estimaciones, hechas con los balances a diciembre 2018 de 32 913 empresas que reportan a la Superintendencia de Compañías, calculan el número de días de resistencia restantes hasta terminar con la liquidez disponible.
“Las empresas con más problemas en esta emergencia son las más grandes, porque están más endeudadas, son negocios con muchos costos que afrontar”, acotó.
En este contexto, el analista señaló que el crédito se debe apuntalar para que los negocios puedan resistir.
Él propuso que el Gobierno cree un fondo con recursos de multilaterales, para generar garantías parciales para los créditos que otorgue la banca privada. Así se evitaría que exista una restricción de crédito en un escenario en el que las instrucciones temen que la capacidad de pago de los clientes empeore.
En tanto, Fidel Jaramillo, exfuncionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), resaltó que uno de los principales retos de la economía ecuatoriana es mantener los empleos, pues se estima que unos 500 000 empleos se pierdan por la crisis del covid-19, además, indicó que los niveles de pobreza crecerían.
“Luego de la emergencia sanitaria, seis meses tomará reincorporarse a las actividades productivas, pero dependerá del tipo de negocio”, estimó.
Jaramillo propuso que se creen mecanismos de incentivos o recompensas a las empresas para que hagan esfuerzos y mantengan los empleos en sus negocios. También es importante, dijo, que se fortalezca la protección social desde el Gobierno a los sectores más vulnerables.
Para que los negocios no caigan en una crisis de solvencia que derive en cierres, es clave que se ofrezcan mecanismos de diferimiento para deudas financieras, provisionales, tributarias y de servicios básicos, acotó.
Augusto de la Torre, ex economista jefe para la región en el Banco Mundial, lamentó que Ecuador no cuenta con ahorros, recursos o espacio fiscal que le permita afrontar el impacto de la crisis, como lo están haciendo países como Perú, en donde el Gobierno ofreció subsidiar parte del salario de la población.
Según De la Torre, la ayuda de los organismos multilaterales es una de las mejores alternativas con las que cuenta el país para obtener recursos para la crisis, además dijo que se requiere un plan de política pública en el que se den cambios laborales que permitan sostener los puestos de trabajo.
“Se necesita una política pública muy agresiva y tendremos que golpear puertas de multilaterales. El Ecuador tendrá que hacer cosas inusuales, porque el marco legal que tenemos ha superado la realidad. En forma cooperativa, con acuerdos entre empleados y empleadores tenemos que salir adelante, pero también habrá que hacer sacrificios”, dijo.
El analista añadió que debe prevalecer el principio de solidaridad para que los contribuyentes que más tienen, aporten más.
Jaramillo coincidió con De la Torre y propuso que se cree una contribución especial; además, planteó que, cuando pase la emergencia, se establezca un plan de incremento gradual del IVA hasta el 15%, con el compromiso de que esos recursos adicionales solo se usen para afrontar los estragos de la emergencia.
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