En la foto izquierda se observa al personal del Centro Científico que realiza las pruebas y a la derecha se aprecia una muestra de la droga H. Foto: Secretaría de Drogas
Las primeras investigaciones de laboratorio comenzaron en el 2014. Entre ese año y el 2016, los químicos farmacéuticos que operan en el Centro Científico de la Secretaría de Drogas encontraron que la droga H está compuesta básicamente por heroína, cafeína y diltiazem, una sustancia utilizada para tratar la hipertensión.
Tras analizar 15 muestras durante el año pasado se descubrió además que la heroína es lo que más se usa en este narcótico. En unos casos equivale al 40% de todos los componentes, y en otros el 80%, y de eso depende también que cada pequeño sobre cueste entre USD 0,25 y USD 3.
Desde cuando estallaron estos casos, en el 2014, esta es la primera vez que se revela cómo se produce la H, pues inicialmente en los barrios, especialmente de Guayaquil, se decía que las mafias mezclan heroína con raticida, cemento, analgésicos, heces de animales, anestésico para el ganado, y otros compuestos tóxicos.
Diego Tipán, subsecretario de Prevención de Políticas de Drogas, dice que los análisis también señalaron que en estos cocteles esporádicamente se usa carbonato de calcio, que es empleado para la producción de vidrio y cemento.
¿Por qué se comenzó a investigar este narcótico? Tipán asegura que lo hicieron por los daños y la adicción que representa este consumo. “La dependencia y tolerancia son mucho más fuertes comparados con otras drogas. El síndrome de abstinencia es mucho más complejo en el caso de la heroína, pues no solo se requiere un tratamiento psicológico, sino farmacológico”.
El director de Análisis y Estudio sobre Drogas, Javier Paspuel, advierte además que la H “es más adictiva, hay dependencia física y psicológica, a diferencia de otras en las que la dependencia únicamente es física y la desintoxicación puede ser más tranquila”.
En el 2015, de las 7 392 atenciones por consumo de opiáceos (sustancias ilegales, como la H) en el país, el 89% se concentró en la denominada Zona 8, es decir, Guayaquil, Durán y Samborondón. La mayoría de los pacientes reportados en esos cantones del Guayas tenía menos de 18 años.
El año pasado, el 67% de los adolescentes que llegó a centros de tratamiento ambulatorio en esas ciudades lo hizo por consumo de drogas como la H.
Por ahora, las autoridades dicen que este narcótico básicamente está concentrado en la Zona 8. Marcelo Tobar, comandante de la Policía de ese sector, indica que se busca disminuir estos casos con operativos y detención de microtraficantes, pero advierte que este es un “fenómeno social” que está arraigado en la gente.
De hecho, la calle es uno de los sitios que mayores facilidades presta para acceder a sustancias ilícitas en Guayaquil.
José, de 47 años, vive en el Suburbio y cuenta que a diario hombres y mujeres llegan en carros, motos, bicicletas, para comprar la H en el sector.
Sabe que la estrategia para el expendio es simple. Cuando el interesado llega lo primero que hace es tener contacto visual con el vendedor. Luego se produce la venta con un cruce de manos y todos se alejan.
La mañana del pasado martes, dos uniformados realizaron un operativo de control en las calles 29 y la L, en el Suburbio. Los agentes pararon los carros y las motocicletas que transitaban para revisar el interior y a los conductores.
Hasta el mediodía habían revisado más de 10 autos y ocho motos y no detectaron novedades. Un policía contó que en otras ocasiones han hallado “paquetitos de H” en las cajuelas de los vehículos o en los bolsillos de los motorizados.
Una vecina del sector dice que allí se vende droga todos los días. “Por la noche llegan carros, hacen cambio de luces; el chofer se estaciona metros más adelante y los vendedores se acercan para hacer negocio”, dijo la mujer a los gendarmes.
En otro sector del sur de Guayaquil también hay quejas de los moradores. Los habitantes de Los Esteros señalan que desde hace más de cinco años ven que adultos y jóvenes se drogan en las calles, donde también las compran.
Una mujer cuenta que incluso ha tenido que lanzarles aguas desde su balcón para que se vayan. “Casi todos los días vienen a fumar abajo. El olor es insoportable. No sé qué más hacer para frenar esto”.
Por circunstancias como estas, Paspuel asegura que la idea es realizar estudios permanentes, para detectar cómo las bandas varían los componentes usados ilegalmente.
Esos análisis también se usan para determinar el tratamiento que se administra a los consumidores y para la prevención de este problema.
En contexto
La venta de la droga H despuntó en el 2014, especialmente en los barrios de Guayaquil. Por eso, las autoridades intervinieron sectores como la Bahía de la Droga, que luego fue denominada como Barrio 10 sobre 10. En Durán se intervino el cerro Las Cabras.