La declaración de Comey sobre la posible interferencia de Donald Trump en las investigaciones al espionaje de Rusia, durante las elecciones en Estados Unidos, ha generado la posibilidad de que el mandatario sea acusado de obstrucción de la justicia. Foto: AFP
El presidente estadounidense, Donald Trump, inició este viernes 9 de junio un visible esfuerzo para recuperar la iniciativa política con un ataque al exdirector del FBI James Comey, a quien acusó de filtrar documentos confidenciales a la prensa.
El ataque de Trump es la primera respuesta directa al demoledor testimonio que Comey prestó el jueves ante una comisión del Senado, en el que acusó al presidente de tratar de interferir en una investigación del FBI sobre el rol de Rusia en las elecciones de 2016.
En un mensaje en Twitter, Trump aseguró que el testimonio de Comey confirmó que él mismo no era objeto de la investigación del FBI, pero añadió: “¡WOW! ¡Comey es un soplón!”
El controvertido mensaje de Trump hace referencia a diferentes partes del explosivo testimonio de Comey ante los senadores.
De un lado, Comey confirmó a los legisladores que en más de una oportunidad Trump le preguntó si era objeto de las investigaciones, y que siempre le respondió negativamente.
Para Trump, esa parte del testimonio del ex director del FBI confirma declaraciones que el presidente había formulado a la prensa el mes pasado, aunque permanece abierta la discusión sobre si actuó de manera apropiada al hacer esa consulta.
El ‘soplón’
Pero la parte del tuit en que acusa a Comey de ser un “soplón” se apoya en otra parte del testimonio del exdirector del FBI.
En su testimonio, Comey narró que en febrero, después de sufrir presiones de Trump relacionadas con la investigación sobre el papel de Rusia en las elecciones, decidió redactar un memorando interno y confidencial que discutió con sus asesores más próximos.
Cuando a inicios de mayo Trump decidió despedirlo del cargo y utilizó la red Twitter para recomendarle que se mantenga en silencio, Comey le pasó ese memorando a un amigo personal para que lo filtrara a la prensa.
Este viernes, una fuente del equipo legal de la Casa Blanca, que pidió el anonimato, dijo que la presidencia presentaría en los próximos días una queja formal ante el Inspector General del Departamento de Justicia por la conducta de Comey.
“También habrá una queja formal ante la Comisión de Asuntos Judiciales del Senado”, añadió la fuente.
Desde su llegada a la Casa Blanca, el 20 de enero, el gobierno de Trump es diariamente atormentado por filtraciones a la prensa de informaciones sensibles del círculo íntimo del poder, y el propio presidente ya se ha quejado de ello en la red Twitter.
Micrófono abierto
Este viernes Trump tiene en agenda una recepción en la Casa Blanca al presidente de Rumania, Klaus Iohannis, y desde primera hora del día la presidencia informó que los dos ofrecerían una conferencia de prensa.
Ese encuentro será, entonces, la oportunidad de Trump de responder preguntas y ofrecer de primera mano su visión sobre el explosivo testimonio de Comey ante los senadores.
En poco menos de tres horas, Comey acusó a Trump de mentir al país sobre la situación del FBI y de pedirle que “deje en paz” al general Michael Flynn, quien terminaba de renunciar como Asesor de Seguridad Nacional y era investigado por el FBI.
El abogado personal de Trump emitió una enérgica nota en la tarde del jueves desmintiendo aspectos del testimonio de Comey, pero no hizo referencia al pedido que habría formulado el mandatario en favor de Flynn.
La comparecencia de Comey ante los senadores (seguida de una sesión a puerta cerrada de la que no se conocen detalles) provocó un verdadero terremoto político que dejó acorralado políticamente al presidente.
El testimonio de Comey abrió una interminable discusión jurídica sobre si el presidente incurrió en el delito de obstrucción de justicia, un gesto considerado extremadamente grave ya que hasta podría abrir las puertas a un juicio político contra Trump.