Redacción Sociedad
‘Una cacería de brujas al interior del colegio Mejía”. A criterio de Guillermo Rosero, removido de su cargo de rector el jueves 8, esa es la intención del Gobierno. “Tratan de perseguir a los maestros por su filiación política” (MPD).
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laboran en el Instituto Nacional Mejía, que tiene 4 700 alumnos en la sección diurna.Rosero se refiere a la presencia en el plantel del vicepresidente nacional de la Unión Nacional de Educadores (UNE), Francisco Rojas. Él es profesor de matemáticas desde hace 20 años. Y de Jorge Piedra, presidente de la UNE de Pichincha y maestro de ciencias naturales, hace 10.
El jueves, el Ministerio de Educación informó que en esta institución se mantendrán suspendidas las clases hasta el viernes 16. El objetivo: concretar la reorganización integral.
A Rosero se lo removió del cargo por “no cumplir con disposiciones de las autoridades como no paralizar ni incitar u organizar la asistencia del personal docente, alumnado y administrativo a actos gremiales, etc.”.
Desde hace años, en el coliseo o el estadio del Mejía, se desarrollan asambleas de la UNE, también las federaciones de Estudiantes Secundarios y Universitarios se citan en los alrededores de la institución.
La reacción de los maestros fue inmediata. El viernes se reunieron en una asamblea y por turnos cuidan el plantel.
Rosero encabezó la sesión y junto a él se sentó Rojas. Los docentes resolvieron pedir la participación de un ex alumno, el vicepresidente de la República, Lenín Moreno.“Es una puñalada por la espalda”, dijo Rojas, en referencia a la firma de un acuerdo entre la UNE y el Gobierno, el miércoles 7.
Sergio Salazar, presidente del Comité de Padres de Familia, no quiso comentar. “La reorganización es una decisión del Ministerio y recién el lunes (mañana) conoceremos qué sucederá”.
El Director Nacional de Educación y el asesor del Ministro no respondieron sus celulares.