La tarde de este 15 de junio del 2016, médicos legistas del Centro Forense de Cuenca realizaron la autopsia a los dos cuerpos encontrados la noche del martes 14, en una vivienda del conjunto habitacional La Campiña, en el sureste de la capital azuaya, al sur del Ecuador.
La noche del 14 de junio, cuando Martha Lucía C. ingresó a su casa en la urbanización privada encontró a su hija Cindy C, de 14 años y a su primo Adrián C. de 32 años, muertos en la cocina. Sus cuerpos estaban semidesnudos y tenían heridas de arma blanca en el cuello y otras partes.
Martha alertó a los vecinos y más tarde llegaron los agentes de la Dirección de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinasen) y el fiscal de turno para investigar y realizar el levantamiento de los cadáveres.
Dorian Calderón, jefe de la Dinased, descartó que el móvil de estos asesinatos sea el robo o la delincuencia común, porque la familia encontró todas las pertenencias en orden (electrodomésticos, tecnología…) y por eso la investigación avanza por otro lado. Las puertas tampoco fueron violentadas.
Las muertes se produjeron por degollamiento con heridas pronunciadas, dijo Calderón. De acuerdo con las investigaciones preliminares uno de los fallecidos murió en otro espacio de la primera planta de la vivienda y fue arrastrado unos tres metros hasta la cocina.
Según Calderón, la escena de estos crímenes fue en el primer piso de la vivienda. En el piso de la cocina también se encontraron las armas blancas con las que, presumiblemente se cometió este hecho.
Los vecinos están conmovidos y desconcertados. Es que ningún desconocido puede ingresar a esta urbanización privada que de forma permanente pasa resguardada por un guardia y hay una cámara de video-vigilancia. Para acceder a ella, el guardia solicita la identificación, dijo una vecina.
La urbanización tiene pocas viviendas habitadas y otras en construcción. Es un hecho lamentable y repudiable, dijo el fiscal de Azuay, Adrián Rojas.