Andrés Páez (izquierda), asambleísta y Rafael Correa, presidente de la República. Fotos: EL COMERCIO
¿Por qué incluso en la política nacional, las diferencias aún se resuelven a golpes? “No es toda la política nacional, refrescar la memoria nos haría bien, el país ha vivido procesos democráticos con líderes tolerantes y respetuosos”, asegura Wilma Andrade, representante nacional de la Izquierda Democrática. A esa organización perteneció Andrés Páez, actual legislador por Creo, quien esta semana polemizó con el Presidente de la República.
Andrade, concejala por tres períodos consecutivos, vicealcaldesa de Quito y exdiputada, asegura que su referente es el expresidente Rodrigo Borja. Y sobre el supuesto desafío del Primer Mandatario al legislador muestra malestar.
“Esas escenas, esas prácticas, que llevan a un show de violencia son reprochables. Los ecuatorianos quizá no puedan expresarlo, pero es fácil notar que hay un rechazo, la gente se hastía”.
Andrade considera que no se trata de una actitud machista de dos políticos varones. Le parece lamentable haber visto a mujeres en la Asamblea protagonizar también peleas. “Quizá no en el mismo nivel, pero igual se han desafiado. Cuando no hay razones, no hay argumentos, se puede llegar a ese punto. Lo malo en este juego es que todos pasamos a hablar del tema y dejamos de lado puntos de mayor peso e importancia para el país”.
“Creo que hacen mal los dos”, dice la exasambleísta de Alianza País y ahora cercana a Creo, Betty Amores. Se refiere tanto a Páez como al presidente Correa. “Cuando los políticos se retan a golpes, cuando se usa la fuerza es cuando la razón ha perdido”, dice. Y afirma que el país no está para este tipo de opciones políticas. Ella opina que todos deberían hablar sobre “qué pasará con el Ecuador post correísta”.