Primero aparecen unas fisuras sobre la calzada. Con la circulación de los vehículos, estas se hunden y el asfalto comienza a desmenuzarse. Luego se presentan pequeños huecos que se convierten en baches y con los fuertes cambios de temperatura, de sol a lluvias, se agrandan.
Este proceso de deterioro se evidencia en varios sitios. Por ejemplo, en el tramo de la Ecovía de la avenida 6 de Diciembre, entre la Eloy Alfaro y Naciones Unidas, hay pequeñas grietas; igual ocurre en la Simón Bolívar, desde el redondel de Llano Chico hacia Calderón.
La Teniente Hugo Ortiz, en el sur, a la altura de la av. Solanda, también está afectada. En sectores como La Magdalena, los vecinos se quejan porque -dicen- el bacheado dura en promedio dos meses.
Gladys Ordóñez, coordinadora de los barrios del suroccidente y presidenta del Comité de La Magdalena, señala que el asfalto “no tiene buena consistencia”.
La Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) indica que en Quito no hay un estudio que determine cuáles son las vías con mayor desgaste pero reconoce que la mayoría de los 11 000 km de vías ya cumplió su vida útil. La empresa señala que con la repavimentación se busca que duren entre 5 y 15 años, dependiendo el tipo de vía: calle, avenida, perimetral, etc. y la carga vehicular que soporta diariamente.
Desde que arrancó el plan de mantenimiento vial 24/7 en el 2017 y hasta la fecha, el Cabildo ha invertido cerca de USD 4 millones. Sin embargo, el tema que siempre genera debate es la calidad del asfalto.
Académicos, transportistas y ciudadanía opinan que el asfalto no es duradero, mientras que Petroecuador sostiene que cumple con los estándares de calidad. La empresa estatal expresó que garantiza la calidad del material que distribuye en el país y que cumplen con las normas de calidad NTE INEN 2515 Cemento Asfáltico-Clasificación por Viscosidad.
Según la entidad, en la fabricación del asfalto para las vías hay una composición referencial: 90% de material pétreo grueso y fino (ripio, arena y cemento), 5% de polvo mineral y 5% es asfalto producido por Petroecuador de acuerdo con la norma INEN vigente, por lo que “no es correcto atribuir el mal desempeño a la calidad de producto que oferta la Refinería Esmeraldas”.
Pero Iván Alvarado, gerente general de la Epmmop, reconoce que “el cemento asfáltico, que nos sirve para elaborar el hormigón de las vías (…), posee algunas deficiencias. Eso afecta la durabilidad”.
Por ejemplo, dice, tiene exceso de parafina (11,5%) y lo recomendable es 2,5%. A esto se suma que carece de nitrógeno, lo cual lo hace vulnerable al sol y la lluvia. Eso se agrava con los cambios de clima y temperaturas como ocurre en Quito. Por esa razón, las calles duran en promedio tres años luego de ser repavimentadas. El funcionario citó el caso de la Ruta Viva, inaugurada en diciembre del 2014. Se calculó que duraría más de 5 años, pero la bachean de manera permanente.
Cada año la Epmmop invierte USD 1,3 millones en la compra de asfalto proveniente de la Refinería. Este luego es trasladado a la planta municipal de procesamiento ubicada en la avenida Interoceánica.
Petroecuador acotó que las firmas constructoras o el Ministerio de Obras Públicas podrán emplear aditivos en el material para alcanzar propiedades que le permitan obtener productos modificados.
En la planta del Municipio se utiliza un aditivo de adherencia para mejorar la calidad de la mezcla asfáltica. El objetivo es que los agregados pétreos se consoliden con el asfalto proveniente de la Refinería, indicó el técnico David Orozco. La planta procesa 32 toneladas de pavimento por hora.
El grosor de la capa asfáltica que se coloca depende del tipo de vías, de la cantidad y el peso de los vehículos que circulan, así como del estado en que se encuentra el pavimento. Por ejemplo, las avenidas Río Coca y 6 de Diciembre tienen un grosor de 6 pulgadas. En la avenida Del Maestro es de 3. En el sur, en la avenida Alonso de Angulo, se colocó una de 3/8 pulgadas.
Germán Luna, profesor de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), explica que el petróleo del país es rico en parafina pero esto se puede tratar en la planta. Explica que el flujo vehicular provoca una fatiga del asfalto y recomienda que se realicen controles de calidad permanentes de los materiales, del proceso de elaboración y del estado de las vías.
En contexto
La capital cuenta con 11 000 km de vías. El asfalto tiene una vida útil de entre siete y 10 años. Lo ideal es darle mantenimiento cada cinco, para evitar que se deteriore. Pero en Quito, el 50% de las calles tiene más de 10, 20 o 30 años y requiere una intervención.