Dirigencia de Alianza País no apoya cinco reformas

Jorge Glas llegó a la reunión convocada por la directiva de AP, en Quito. Foto: Galo Paguay/EL COMERCIO

Jorge Glas llegó a la reunión convocada por la directiva de AP, en Quito. Foto: Galo Paguay/EL COMERCIO

Jorge Glas llegó a la reunión convocada por la directiva de AP, en Quito. Foto: Galo Paguay/EL COMERCIO

La cuarta sesión de la directiva nacional de Alianza País (AP) se instaló ayer, 5 de septiembre de 2017, por la tarde, sin el presidente del movimiento: Lenín Moreno.

Doris Soliz, legisladora y exsecretaria ejecutiva de AP, confirmó que sí fue invitado, al igual que los directores provinciales y los integrantes de la directiva nacional.

Hasta las 18:00, Moreno no llegó a la sede central, frente a la Tribuna de los Shyris, en Quito. La pertinencia de asistir o no fue analizada la noche del lunes 4, con parte del gabinete, el más cercano a Moreno.

La consigna de no confrontar ni caer en provocaciones pesó para adoptar la decisión de no acudir al llamado, según uno de los asistentes.

De la explicación oficial se encargó la Secretaría Nacional de Comunicación (Secom). Informó que el Presidente se dedicaría a sus actividades de despacho todo el día.

La reunión de la directiva se dio en momentos en que la pugna en Alianza País cobra mayor fuerza. El movimiento marcó por primera vez la frontera de los temas en los cuales no está
dispuesto a respaldar al gobierno de Moreno.

Frente a la consulta popular que se analiza convocar, la legisladora Marcela Aguiñaga advirtió (antes de la reunión) que se velará porque cualquier propuesta del Régimen “no violente los procedimientos que establece la Constitución”.

Por ejemplo, la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, a criterio de Aguiñaga, afectaría la estructura del Estado.

Doris Soliz, en cambio, adelantó que en la directiva no están de acuerdo con que se elimine la figura de la reelección indefinida de las autoridades de elección popular. Para ella eso iría en contra del expresidente Rafael Correa (que fue quien la promovió).

Alianza País tampoco está convencida de que se deba dar de baja a la Ley de Comunicación o tratar de modificar la ley relacionada con la Plusvalía, a través de una consulta.

“Menos aún el tema de cesar en funciones a las autoridades de control o de justicia. Todos esos temas nos preocupan. Una consulta popular debe ser para ampliar derechos, no para retrocesos como atentar contra instituciones democráticas”, alertó Soliz.

Los dirigentes de Alianza País negaron que, por ahora, se esté pensando en expulsar a Lenín Moreno del movimiento.
El Presidente había anunciado también que el dinero electrónico pasará a las manos de la banca privada desde inicios del siguiente año.

Según Soliz eso no fue consultado al movimiento y tampoco se ha dado un debate interno, pues la comunicación se perdió con el Gobierno. Moreno no invita al buró a la directiva y la directiva no tiene al buró en sus espacios de toma de decisiones.

El Primer Mandatario había advertido que la decisión fue parte de los resultados del diálogo nacional que se impulsa con diferentes actores del país. Y que se ha llegado a un acuerdo con el sistema financiero, tanto con la banca privada, como con el sector de la economía popular y solidaria. Serán las cooperativas de ahorro y crédito y la banca las que gestionen las billeteras electrónicas.

Según Moreno, no se trata de una concesión a los banqueros, como se quiere posicionar desde Alianza País. La regulación del Estado se mantendrá.

Aguiñaga, por su parte, recordó que fue una mayoría oficialista en la Asamblea Nacional la que votó -en el anterior período- a favor de que el dinero electrónico fuera administrado por el Banco Central del Ecuador y que deben respetarse esas decisiones.

Aseguró que el Ejecutivo requerirá enviar una reforma al Código Monetario para dar paso a esa pretensión. Alianza País espera ingresar en el debate de estos temas en los siguientes días y espera lograr que el bloque oficialista también se alinee con la posición de la directiva.

Cuando lleguen los primeros proyectos -reconocieron los dirigentes- se podrá evidenciar cómo está la correlación de fuerzas y el respaldo real que tiene el Presidente en la Asamblea Nacional.

El voto de la oposición será importante en ese escenario, pues bancadas como el Partido Social Cristiano, SUMA, Creo, minorías, entre otros -con los que se superan las 60 curules- están de acuerdo con una reforma tributaria, financiera y también institucional.

Incluso, se han manifestado a favor de impulsar una consulta popular donde se pregunte sobre la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana y el cambio de las principales autoridades de control.

Ayer, la primera figura en llegar a la reunión en la sede de Quito fue Gabriela Rivadeneira, legisladora y secretaria de AP. Ella tenía previsto dar un informe sobre le viaje a Europa que hizo y en el que se reunió con Rafael Correa.

Luego se vio a Ricardo Patiño, exconsejero presidencial; Anabel Hermosa, concejal de Quito; los directores provinciales y el vicepresidente Jorge Glas.

En jerarquías, a Glas le correspondía dirigir la reunión, en ausencia del presidente del movimiento. Al final de la cita, que se desarrolló a puerta cerrada, se esperaba que Alianza País difundiera una resolución con las conclusiones.

Hermosa señaló que las directivas nacionales realizarían propuestas para fortalecer AP con encuentros de militantes en foros y seminarios.

En contexto

Cada mes, la dirección nacional de Alianza País se reúne para hacer un balance de los avances y retos del movimiento. Desde que se posesionó el gobierno de Lenín Moreno es la primera vez que el Primer Mandatario no participa en el encuentro.

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