Las diferencias entre Fabricio Correa y su hermano Rafael han generado desde el Gobierno la tacha de que el primero es Caín, el herma-
no malo que, en el pasaje bíblico, asesinó a su hermano Abel.
Pero la lluvia de acusaciones rosas, con insinuaciones de sodomía, desvían la atención de los problemas de fondo, que son los de la corrupción.
Hay varios focos de pus contractual. Uno de estos es Petroecuador. El sábado 12 de septiembre, el Presidente mencionó que la Marina estaría hasta diciembre y que se han detectado más de 300 casos de enriquecimiento ilícito.
Aspiro a que la mayor de las cobardías, que es lanzar estiércol con ventilador, que los sábados practica Correa, no sea secundada por el mando de la Fuerza Naval, que va a cumplir dos años dirigiendo Petroecuador.
Que se demuestre que se han denunciado los casos y no se difame al colectivo de los funcionarios, técnicos y trabajadores petroleros. Hubo -y merecen sanción- ilícitos en negocios petroleros, también en las relaciones laborales, pero lo que es falso es que la ética ha retornado a la empresa petrolera.
En materia contractual, los ilícitos de la administración de oficiales de la Fuerza Naval 2008- 2009, en términos de negocios y cuantías, superan los de cualquier tiempo anterior.
No sé los cambios que haya habido en la relación con Ivanhoe Energy Ecuador Inc., empresa de papel, sin capital propio, a la que le entregaron el 8 de octubre de 2008 la inmensa riqueza petrolera del bloque 20 de la Amazonia por 30 años, pero el contrato de esa fecha supera lo que podría entenderse como servilismo por el alto grado de corrupción que lleva, con cero riesgo para Ivanhoe.
Venezuela le está entregando a un consorcio ruso un bloque de crudo extrapesado y el inversionista le paga un anticipo de USD 1 000 millones por la concesión. ¿Habrá habido anticipo por la entrega del bloque 20 a Ivanhoe, elemental negociación cuando el petróleo está comprobado? Al Estado nada ha ingresado. Que Dios no perdone a los deshonestos, mientras no los sancione la Ley.
El préstamo de USD1 000 millones de una subsidiaria de Petrochina que se amortiza en dos años, con ocho entregas por mes, cada uno de 360 000 barriles, dos veces por semana, es el más fraudulento que ha recibido el Ecuador en los últimos años, por ser caro -7,25% anual-, por su amortización de corto plazo, que hace imposible su inversión eficiente, y por tener el colateral del crudo Oriente y Napo, con precio subsidiado bajo el precio normal de venta del petróleo ecuatoriano. Sacha nos queda por analizar.
Habrá fanfarria y condecoraciones cuando los marinos se vayan, pero ellos bien saben lo deshonesta que ha sido su gestión. Lo expreso con la fuerza moral de la verdad.