El primer mandatario, Lenín Moreno, se reunió el martes con representantes de la banca privada. El encuentro fue en el Palacio de Carondelet. Foto: Flickr Presidencia
La primera reunión del presidente Lenín Moreno con los representantes de la banca privada se llevó a cabo el martes, 29 de agosto del 2017, en el Palacio de Carondelet. El encuentro sirvió para hacer oficial el anuncio de que a inicios del 2018, el Banco Central del Ecuador (BCE) dejará de administrar el sistema de dinero electrónico, así como las casi 360 000 cuentas que se han abierto desde el 2015.
También fue un espacio para el intercambio de halagos. Moreno inició su intervención enfatizando que el sector financiero es uno de los pilares fundamentales de la economía nacional. “Quiero felicitar a la banca. Después de los duros momentos de 1999 y 2000, la banca empezó a actuar con más responsabilidad. Eso merece felicitación y agradecimiento”, dijo.
Antonio Acosta, presidente del Directorio de Banco Pichincha, respondió agradeciendo al Primer Mandatario por haber escuchado el pedido para proteger la dolarización. Y añadió: “Yo soy uno más de tantos que no votamos por usted y ahora estamos gustosos de respaldar lo que está haciendo”.
El 7 de agosto, en la mesa de diálogo de las entidades financieras y de seguros -en el contexto de las reuniones del Consejo Consultivo Productivo y Tributario-, la banca propuso al Gobierno manejar el sistema del dinero electrónico. El tema ya se había planteado meses atrás.
Pero en la reunión del martes, que duró alrededor de una hora y media, el Jefe de Estado confirmó que como resultado de ese diálogo, la banca privada y las cooperativas administrarán el dinero electrónico en el 2018.
“El dinero electrónico será operado por el sistema financiero privado: cooperativas, entidades del sector popular y solidario y la banca privada. No será operado por el Banco Central”, anunció Acosta en la mesa que compartió con Moreno, representantes del sistema financiero y autoridades del frente económico.
Además, se ratificó el anuncio que hizo hace una semana la gerenta del BCE, Verónica Artola, quien indicó que será necesaria una reforma legal al Código Monetario y Financiero, para que la banca privada, las cooperativas y la banca pública también puedan operar este medio de pago.
Según Julio José Prado, presidente de la Asociación de Bancos Privados, la banca trabaja en crear su plataforma para manejar las cuentas. Calcula que estará lista en cinco meses.
La representante del BCE añadió que la plataforma de dinero electrónico, que la entidad maneja desde el 2015, también será utilizada por entidades del sector de la economía popular y solidaria.
Lo que aún está pendiente y que se tratará en nuevas reuniones, es el costo por el uso de este servicio en el sector privado, y si se mantendrán beneficios como devolución del IVA a los usuarios del sistema.
Tampoco se ha precisado una fecha para que el texto se reforme en la Asamblea; sin embargo, Prado indicó que quedó sentado el compromiso de que la Asamblea lo maneje rápidamente.
Sobre lo que contendrá la reforma, Acosta señaló que el cambio debería aplicarse puntualmente al texto del Código, en el que se reconoce que la operación del dinero electrónico es privativa o exclusiva del Banco Central.
“Tiene que ser exactamente lo opuesto. Solicitamos encarecidamente a la Asamblea nacional que tome en consideración este hecho, para que puedan realizarse en el menor tiempo posible las enmiendas legales que viabilicen esta posibilidad”, dijo el banquero.
Artola, en cambio, enfatizó que la reforma no estará orientada a dejar al sector privado como el único ente a cargo de este medio de pago, sino que en la reforma solo se establecerá que el Banco Central ya no será el único ente que lo maneje. “No será privativo para el sector privado, si bien el Central no va a operar la plataforma, tampoco se va a constituir en un monopolio”.
En la reunión, además los banqueros abordaron la necesidad de reducir el uso de efectivo en el Ecuador. “A través de un proyecto público-privado de largo plazo vamos a trabajar para generar un ecosistema de pagos digitales, con mecanismos que permitan una reducción del uso del efectivo”, explicó Prado.
Artola añadió que con este acuerdo se espera que la demanda de efectivo se reduzca en USD 800 millones en el primer año y en USD 1 600 millones hasta el segundo año.
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