Bariloche, Argentina, AFP
El presidente pro témpore de la Unasur, Rafael Correa, destacó hoy el acuerdo alcanzado sobre la presencia de tropas extranjeras en América del Sur, pero cuestionó la eficiencia de los esfuerzos para controlar la acción de esas fuerzas militares.
En la visión de Correa, el entendimiento expresado en el documento “fue un paso adelante muy importante para la región”, pero admitió que no hay ninguna garantía de que alguien pueda verificar si esas bases son utilizadas de forma adecuada o no”.
La Unasur realizó este viernes una cumbre presidencial en la sureña ciudad de Bariloche para discutir el acuerdo que permite a tropas de Estados Unidos utilización de siete bases militares en Colombia, entendimiento que generó evidente tensión diplomática en la región.
La cumbre terminó con un documento en el que los países de la región reafirmaron que “la presencia de fuerzas militares extranjeras no puede (…) amenazar la soberanía e integridad de cualquier nación sudamericana y en consecuencia la paz y seguridad en la región”.
“Ecuador tuvo una base militar de Estados Unidos, en Manta. Y nos engañemos: no hay como controlar lo que los estadounidenses hagan en las bases que le cederá Colombia. ¿Quién va a controlar a los estadounidenses?”, dijo el mandatario en una conferencia de prensa.
Para el presidente ecuatoriano, “no es posible verificar si un avión que opera en una base es utilizado para vigilar el movimiento de narcotraficantes o para interferir en las comunicaciones o los radares de otros países de la región. Tuvimos esa experiencia en Ecuador y no seamos ilusos con eso”.
Desde el estallido de la crisis diplomática por el acuerdo entre Colombia y Estados Unidos, el presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva fue quien ha insistido de forma enfática en que se expidan garantías jurídicas de que las tropas no serán utilizadas para operaciones fuera de Colombia.
En la visión de Correa, el hecho de que países firmen un acuerdo no significa que en un determinado momento ese acuerdo sea roto, y por lo tanto para que las garantías sean verosímiles es necesario que la región fortalezca la confianza mutua entre los países.
La decisión de Estados Unidos de no acatar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) durante la Guerra de Malvinas, en 1982, y apoyar a Gran Bretaña, dijo Correa, es el ejemplo claro de que “los países firman acuerdos y después los rompen según su conveniencia”.
“Para Ecuador no queda otra salida que confiar en la Unasur. El Consejo de Defensa hará un examen de la situación y nosotros veremos más adelante. Esperamos que eso nos permita normalizar las relaciones entre los gobiernos de Ecuador y Colombia”.
Correa recordó que durante las discusiones en la Cumbre “el presidente Uribe pidió que lo ayudemos a que cumpla con sus compromisos, y si es para el bien de la región recibirá toda nuestra ayuda”.