Ayer, en el Colegio Vicente Rocafuerte (Guayaquil) el Régimen organizó un encuentro de estudiantes y docentes. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO
Luego de que el ministro de Educación, Augusto Espinosa terminó su discurso, él y Pabel Muñoz, secretario nacional de Planificación y Desarrollo, se fundieron en un abrazo.
Minutos antes, el propio Espinosa recordó la época en que trabajaron juntos en Senplades, cuando inició el gobierno de Rafael Correa, en 2007.
Entonces Muñoz era subsecretario de Reforma Democrática y Espinosa su subalterno.
Ahora, el secretario de Planificación tiene en sus hombros la responsabilidad de gestionar el diálogo nacional al que convocó el Gobierno y el Ministro de Educación vuelve a ser uno de sus pilares para esa labor.
Espinosa ha logrado estructurar una estrategia para llegar al sector educativo fiscal, que ha incluido reuniones con dirigentes estudiantiles, como los del Colegio Mejía.
Ayer, en el Colegio Vicente Rocafuerte, en Guayaquil, incluso presentó un concurso: Libera tus ideas. A través de ensayos académicos, los estudiantes podrán plantear un debate sobre dos temáticas: Ecuador: justicia y equidad, dirigido a estudiantes de primero, segundo y tercero de bachillerato general unificado y El rol de la educación en la transformación nacional, dirigida a estudiantes de octavo, noveno y décimo años.
Está previsto también un encuentro de exministros de Educación, una reforma al programa de participación estudiantil y en 15 días su Cartera realizará un encuentro nacional de docentes, con el respaldo de la Red de Maestros de la Revolución Educativa, organización que simpatiza con el Gobierno.
Su representante nacional, Wilmer Santacruz, fue invitado ayer al auditorio del Vicente Rocafuerte para dar un discurso. Ahí destacó que gracias al diálogo se ha logrado mejorar las condiciones de trabajo de los maestros fiscales e impulsar reformas a la ley.
Lo dijo frente a unos 600 estudiantes, profesores y autoridades del sector fiscal que se dieron cita al llamado del Ministerio.
Quienes no estuvieron en el auditorio fueron los grupos que el Gobierno ha identificado como de oposición. Entre otros, la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE) y la Unión Nacional de Educadores (UNE). No recibieron invitación oficial.
Elvis Moreira, presidente de la UNE, núcleo de Pichincha, asegura que al Gobierno no le interesa tener en el diálogo a quienes piensan diferente o intentan salir de la agenda de temas del Régimen.
A la FESE, por ejemplo, le interesa hablar sobre el libre acceso a la universidad y el enfoque de educación sexual que debe tener el Plan Familia (menos conservador), en los colegios públicos.
La UNE, en cambio, plantea que los incrementos salariales de la recategorización no sean escalonados, por años, sino que se hagan efectivos de forma inmediata para los maestros que lograron ascender.
Ambas agrupaciones aseguran que han pedido por escrito al Ministerio de Educación que se los incluya en los diálogos, pero la respuesta siempre ha sido condicionada.
Serán parte de las conversaciones cuando “pidan perdón” al país por el supuesto daño que han causado a la educación, tal como lo recordó ayer el ministro Espinosa. Y también cuando tengan representantes de la comunidad educativa. Esto en referencia a que la presidenta de la UNE no es docente ni el presidente de la FESE es alumno secundario.
Mauricio Chiluisa recordó que fue electo principal de la FESE cuando aún era estudiante y que el estatuto interno de la organización manda que cumpla su período de dos años, que está por fenecer.
Pero este tipo de “ataques”, según Chiluisa, separa aún más a estos sectores del Gobierno. Por eso incluso los secundarios han confirmado su participación en la marcha de oposición convocada por el Frente Unitario de Trabajadores para el próximo 13 de agosto. También, a las movilizaciones que se darán en los próximos días y que han sido convocados por el movimiento indígena y los médicos.
“No podemos participar en un supuesto diálogo donde solo se invita a quienes hablan bien del Gobierno. Se pierde la visión crítica”.
En contraposición, la FESE impulsa un proceso basado en asambleas ampliadas con estudiantes de colegios fiscales en donde aún tiene influencia, a escala nacional. Se busca consolidar una propuesta educativa que pueda ser presentada ante la Asamblea Nacional y el Ejecutivo.
Para Pabel Muñoz, la actitud de la FESE es “autoexcluyente, pues cada vez son más quienes quieren sumarse al diálogo”.
En contexto
Diálogo Nacional “Somos Ecuador: país justo y equitativo”. Ese el nombre del espacio que el Gobierno abrió tras las movilizaciones que se dieron en su contra, desde junio. Se ha intentado hacer con trabajadores, empresarios, docentes…