Los cuencanos Rafael Mexicano, Angelo Naranjo, Efrén Guipón salieron de Cuenca a El Cisne la madrugada del sábado para cumplir su promesa religiosa. Foto: Lineida Castillo / EL COMERCIO
En agosto, la vía principal Cuenca-Loja se convierte en un camino de peregrinación de cientos de fieles que buscan llegar –caminando, en bicicleta o vehículos- a la parroquia lojana de El Cisne, en el sur del Ecuador. La misión de los devotos es llegar a la Basílica para venerar a ‘La Churona’.
Agosto y septiembre son los meses dedicados a la devoción por la Virgen del Cisne. Hasta la pequeña parroquia a diario llegan miles de fieles, procedentes de diferentes ciudades y del vecino Perú, para participar de las eucaristías y cumplir con sus promesas de amor a la Virgen María.
La madrugada del sábado 13 de agosto, salieron desde la capital azuaya y en bicicletas, los amigos Rafael Mexicano, Angelo Naranjo, Efrén Guipón. En la vía de 190 kilómetros no estaban solos. Mientras avanzaban -en las cuestas empujando sus bicicletas- iban cruzando a grupos de peregrinos como ellos agotados por la travesía.
En el primer día, los tres llegaron hasta Saraguro y pernoctaron unas horas al pie de una casa, para protegerse del intenso frío de la noche. La madrugada de este sábado retomaron el viaje y arribaron al Cisne pasado el mediodía. Ese periplo también lo cumplieron Paúl Calle y Adrián Chillogallo, de la parroquia cuencana de Sinincay.
Ellos son parte de los cientos de azuayos que cada agosto cumplen con esta peregrinación para agradecer a la Virgen María por los favores recibidos. “Es una manifestación de fe y de amor porque ella (María) protege a nuestras familias”, dijo Chillogallo, quien lleva 10 años cumpliendo con esta promesa.
Los fieles que avanzan caminando demoran entre tres y cuatro días en llegar y para acortar distancia avanzan por improvisados senderos entre las montañas, soportando el sol, viento y frío.
En el Cisne la fiesta está prendida y repleta de devotos. En el día hay eucaristías cada dos horas y todas las celebraciones se cumplen con iglesia llena. En la tarde y noche hay presentaciones de danzas, serenatas a la Virgen, quema de juegos pirotécnicos y otras actividades culturales.
Este lunes 15 será la fiesta más grande organizada por los priostes azuayos del Comité 15 de Agosto, que reúne a más de 600 personas. Cada día la fiesta es organizada por priostes de diferentes ciudades del país que costean todos los gastos, desde los arreglos florales de la Basílica.
El miércoles 17 de agosto se iniciará la más grande romería de tres días con la imagen religiosa desde El Cisne hasta Loja, 74 kilómetros. Habrá un amplio operativo policial y militar. Ese día, ‘La Churona’ como le llaman de cariño los fieles, saldrá desde la Basílica las 07:00, luego de una eucaristía.
El primer día descansará en San Pedro y al siguiente día avanzará hasta Catamayo donde descansa un día, para el 20 de agosto cumplir su último trayecto hasta la ciudad de Loja. Es esa urbe se quedará para presidir las fiestas de septiembre y retornará en noviembre a su natal El Cisne.