En el robo en buses se usa una modalidad conocida como la “descuidera”. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Los tres sospechosos fueron identificados por sus víctimas como las personas que les robaron sus celulares en el interior de unidades de transporte público de Quito. Se tratan de dos casos que ocurrieron entre la tarde y noche de este jueves 19 de mayo del 2016. Los casos se conocieron este viernes 20 en la Unidad de Flagrancia.
La forma de operar de los detenidos demuestra lo fácil que es comer este tipo de robos.
Robo con violencia
El primer caso ocurrió en la parada del Hospital Baca Ortiz, de la Ecovía, en el norte de la urbe. Una joven denunció a la Policía que patrullaba el sector que una persona habían empujado a su amiga hasta dejarla tendida en el suelo y que en la confusión por reconocer al agresor, un desconocido le sacó su celular del bolsillo de su chaqueta.
Al llegar la Policía, la joven intentó identificar al sospechoso entre la multitud, pero se había confundido entre los pasajeros de la unidad. En ese momento, los agentes ordenaron a todos los usuarios que se encontraban en ese lugar que mostraran sus pertenencias y pidió a través de radiopatrulla el rastreo del aparato mediante el sistema GPS.
Mientras los agentes registraban a todos los pasajeros y esperaban alguna alerta de la ubicación del aparato, la gente empezó a gritar: “¡Aquí está!”.
El sospechoso se delató a sí mismo al tratar de forzar la tercera puerta de salida de la Ecovía por donde planeaba escapar.
Los usuarios fueron quienes lo sometieron hasta que los uniformados llegaron a esa puerta y lo arrestaron. Según el parte policial, el joven tenía oculto el celular de la víctima en una media a nivel del tobillo.
Ahora el detenido, un joven de 24 años, quedó con prisión preventiva tras la audiencia de flagrancia.
Robo sin violencia
El segundo caso ocurrió en el sur de la capital, en la parada El Pintado del circuito Corredor Occidental. En el robo se uso una modalidad muy conocida llamada la “descuidera”, que consiste en aprovecharse del descuido de las personas para perpetrar el hurto.
A las 18:00 de ayer, un joven de 21 años denunció a la Policía que una persona le había sacado su celular del bolsillo de su pantalón sin que se diera cuenta. Fue gracias a un testigo, quien le advirtió del robo y también le aseguró que el sospechoso, una vez que sacó el teléfono, le entregó a una mujer con la que andaba.
Los agentes requisaron a los dos sospechosos en la misma parada del bus. No fue difícil hallar el teléfono entre sus pertenencias. Uno de los aparatos era el de la víctima, pues lo identificó plenamente.
Los dos detenidos fueron llevados a la Unidad de Flagrancia, donde esperan su audiencia respectiva.
Según la Policía Judicial de Pichincha, el robo de celular es uno de los delitos que más se comentan en la capital. Actualmente, hay más de 10 000 equipos recuperados solo en la ciudad y que se encuentran en las bodegas judiciales.