Medio millón de desplazados internos en Libia en un año por la violencia

Más de 103 821 familias, el equivalente a 557 212 personas, se han visto desplazadas en un año en Libia a causa de la violencia desatada hace cuatro años tras la caída del régimen del dictador Muamar al Gadafi, según un informe hecho por la Media Luna libia.

Debido a la escalada de la violencia armada en Libia más de medio millón de personas tuvieron que huir de sus hogares entre el 14 de mayo de 2014 y principios de abril de 2015, añadió el informe.

Además, aún continúan los desplazamientos de habitantes debido al deterioro de seguridad, la mayoría de ellos en las ciudades de Bengasi, Kikla, Uarshafana y Trípoli, precisó el documento.

La capital Trípoli ha recibido el más importante número de desplazados internos, con más de 126 000 personas, mientras que otras más de 100 000 han sido registrados en la ciudad de Bengasi, la segunda más importante del país.

La Media Luna libia agregó que recibió durante ese año unos 626 denuncias por personas desaparecidas.

Los mayores índices de violencia se registraron en Bengasi, así como en el oeste y el centro del país, también en Derna, bastión del grupo yihadista autoproclamado Estado Islámico (EI) en Libia, indicó el dossier.

Hace un año, el controvertido general Jalifa Hafter emprendió una ofensiva para tratar de lograr el control de la ciudad de Bengasi, la más importante del este de Libia, operación que en los últimos meses ha ampliado a los alrededores de Trípoli con apoyo de Arabia Saudí y Egipto.

El informe no menciona las personas que huyeron del país, mientras que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estimó que su número se sitúa a más de 100 000.

Libia es un estado fallido, víctima de la guerra civil y el caos, desde que en 2011 la comunidad internacional apoyara el alzamiento rebelde contra la dictadura de Muamar al Gadafi.

Desde las últimas elecciones, el poder esta dividido entre los gobiernos de Trípoli y de Tobruk, a quienes apoyan distintos grupos islamistas, señores de la guerra, líderes tribales y contrabandistas de petróleo, armas, personas y drogas.

En medio, se fortalecen grupos yihadistas afines al grupo del EI y a la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), la asociación terrorista más fuerte en el norte de África.

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