La deserción de Toyota desató la alerta máxima en la Fórmula 1

Hamburgo. DPA

Ferrari enciende la luz roja de alarma. Primero, Honda. Luego, BMW, Bridgestone y Toyota. ¿Les seguirá ahora Renault?

La Fórmula 1 zozobra y no solo por la crisis económica. El éxodo de firmas está provocando la transformación más grande de la historia de la máxima categoría del motor y, según Ferrari, la marca más tradicional en esta  especialidad, el cambio es para mal.

En un comunicado oficial y urgente, la ‘scuderia’ italiana justificó el retiro de Toyota, anunciado el miércoles, con causas que van más allá de la crisis mundial. Esas razones tienen que ver con las acciones en los últimos tiempos de los dirigentes del deporte, que han declarado una “guerra contra los fabricantes”.

“En realidad, la deserción de Toyota es más el resultado de una guerra contra los grandes fabricantes de coches por aquellos que manejan el deporte que por los efectos de la crisis económica”, dijo Ferrari.

En el banquillo de acusados están la Federación Internacional del Automóvil (FIA) del polémico ex presidente Max Mosley y Bernie Ecclestone, el dueño de los derechos comerciales.

Pero los equipos, agrupados en la FOTA, también han sido responsables de las batallas de poder. Ellos transformaron el circuito en un negocio multimillonario que al final no ha sido sostenible. Toyota invirtió más de USD 2 500 millones desde que se echó al asfalto en 2002. No logró ningún triunfo en ocho años.

Ferrari, Mercedes y Renault son, así, los únicos fabricantes de coches con presencia en la Fórmula 1. Que la deserción haya llegado en un momento en que los presupuestos para 2010 están limitados a 100 millones de euros (USD 140 millones) habla de lo profunda que es la situación económica o de que, como apunta Ferrari, la presencia en la Fórmula 1 en medio de tantas guerras ya no es rentable.

El diario japonés Mainichi Shimbun aseguró ayer que Toyota ya no tiene interés en el gran circo automovilístico. “La motivación para estar ahí era elevar su imagen en Europa y esa meta ya la ha logrado”, publicó el rotativo.

El diario agregó que la popularidad del automovilismo ha caído en Japón y recuerda que en 1991, en los tiempos de Ayrton Senna y Alain Prost, la cuotas de audiencia en Fuji TV era del 20,8% en el Gran Premio de Japón. Este año fue solo del 5,1.

Los prestigiosos fabricantes japoneses apuestan además ahora por coches eléctricos e híbridos más que por lujosos bólidos de carreras. Es decir, la ecología por encima de la competición.

Otro factor para explicar el adiós de Toyota: con los presupuestos limitados en 2010, la Fórmula 1 dejará de servir de laboratorio de alta tecnología.

El efecto dominó de ahuyentar a los escasos fabricantes es posible, ya que Renault evaluó ayer su continuidad en la F-1 en una reunión extraordinaria.

“Haremos un anuncio sobre nuestra participación en la Fórmula1 antes de fin de año”, expresó el jefe ejecutivo de Renault, Carlos Ghosn. La firma francesa está golpeada por el escándalo de Singapur de 2008 (se arregló una carrera para beneficiar a su piloto Fernando Alonso, ahora en Ferrari) y la renuncia de su principal patrocinador, ING.

Además de tener su propio equipo, Renault también suministra motores a Red Bull, subcampeón de la F1 y ganador de seis carreras este año. Su deserción será de alto impacto.

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