La descamación, señal de piel seca

Redacción Sociedad

El  rostro de Paúl  está   lleno de   sarpullidos.  Sin saber qué  hacer,   su madre,  Lilia Morales, lo llevó  al      dermatólogo, Ramiro Campuzano.
  
El miércoles 6, el médico lo atendió  en el consultorio  38 del  hospital Baca Ortiz (Quito)  y luego de  los  chequeos    indicó   que  el niño    tiene   dermatitis y    que  parte de esto  es  la   piel reseca. 

Los casos frecuentes
La  resequedad en la piel  es un síntoma  común  en las personas de  la tercera  edad.  Pero también aparece en los  niños.
Este  problema  puede   presentarse también     en codos y rodillas. Para suavizar puede utilizar  jabones   exfoliantes.

Campusano explica que esa   resequedad  se presenta   especialmente    en  piernas,  brazos, abdomen  y  muslos. El médico toma  el brazo  izquierdo de Paúl e indica los  síntomas:  descamación,  irritación e   inflamación.

El médico internista Pablo Herrera   sostiene       que la piel   pierde  humedad   por  usar    jabones alcalinos, agua caliente, por         permanecer en ambientes  secos,  en el polvo o   no  asearse.  Campuzano aclara que  el  sol  no es una causa directa. “Este más bien quema la piel.      El  sol   influye, pero cuando  reseca los ambientes”.      

Morales   recuerda que su hijo,  de  7 años,  se reúne cada  tarde   con los amigos de   El Inca  (norte de la ciudad)  y  juegan en las polvorientas  canchas  de fútbol. “El doctor me ha dicho que esto pudo causar el problema...”.
 
Por casos como este,   Herrera sugiere que después del  juego,   los niños se aseen  de inmediato.  “Es necesario quitar  las impurezas con agua y jabón.  Y consumir    líquidos para  que las células se   reconstituyan  y no mueran”. 
  
Para impedir la    piel seca, la  doctora en    dermatología   del Hospital Vozandes,  Edith Marroquín,  sugiere  utilizar  jabones con PH (nivel de acidez)   neutro que  causan   menos irritación.
        
Además,     en las partes más sensibles del cuerpo  usar     capas leves  de  humectante     luego de cada   baño.  Cuando  la  resequedad    sea  crónica,  Marroquín dice que lo mejor es emplear    lubricantes,  sustancias que,  a más de  humectar,   contribuyen con aceites. Según la  especialista,  estos deben  ponerse   una sola vez, pero en las noches,     para que  la  grasa   contenida en el producto no   moleste   en  las tareas diarias.

En cambio,    los hidratantes  -dice    Marroquín-  se deben      aplicar durante el día y constantemente. Para ello  use  las yemas de los dedos y aplique suavemente en la parte afectada. “No hay   contraindicaciones    para  usar en el sol”. 
          
En épocas secas,  los hospitales públicos, como   el    Baca Ortiz,  reciben hasta   30 pacientes semanales con   piel seca, frente  a  un promedio de  cinco cuando hay lluvia o         humedad.     Precisamente por este último   factor,   Campuzano  asegura  que  en la Costa  hay   menos   personas  con   resequedad.   La humedad retiene líquidos en la   piel  y no se seca. 
 
Los médicos también   sugieren que  para  evitar  este problema  los   calefactores se usen  poco.

Lo que no se   recomienda  es  que  en  piel inflamada por  resequedad   se  usen  cremas de cortisona o lociones simples.
 
Marroquín  pide que en casos graves   solo  se apliquen productos  recetados  por  médicos especialistas.  “Esto previene una serie de complicaciones que pueden surgir por automedicarse”.        

El  pequeño  Paúl  también  tiene   los labios  partidos por la exposición a  los    cambios permanentes de temperatura y al polvo.      Cuando eso ocurre  -Marroquín manifiesta-  es un error humectarse  con saliva.  “Eso más bien lo vuelve más seco, porque  es un agente tóxico y no ayuda”. Para superar este cuadro, Herrera dice que lo importante es aplicar humectantes  para niños.
  
La piel, que se  constituye  en  el 15% del   peso total del cuerpo,  lo   protege    de  efectos negativos que puede   dejar     el     medioambiente. 
 
El   picor generalizado con o sin lesiones cutáneas -indica Herrera-  puede estar relacionado con  una simple   resequedad o  hasta     con carcinomas  (cáncer). 

Paúl  intenta rascarse una y otra vez  el rostro y el brazo izquierdo, pero su madre  lo impide.   Campuzano aclara a la mamá que si no hay cuidado no   se sanará.
 
De hecho, el niño  comenzó con los primeros síntomas  hace tres meses.  “Parecía que  era  solamente una  pequeña irritación, pero cada vez es más grave”, recuerda Lilia Morales. Inicialmente    Paúl se hizo atender  con los médicos del hospital Gonzalo  González,   el centro médico    que en Quito es especializado en  enfermedades dermatológicas.  
     
En vista de que la enfermedad seguía lo llevaron al  Baca  Ortiz.   Allí, el doctor Campuzano  le envió medicamentos  y pidió que  volviera    el  26 de enero, para   verificar si el tratamiento  produjo o no resultados positivos.

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