El Ecuador, al igual que varios países de América Latina, está sufriendo los efectos de las inclemencias del tiempo y la naturaleza. Los casos de desbordamientos de ríos, inundaciones, deslaves y deslizamientos de tierras se multiplican, afectando con rudeza a amplios sectores de la población. En esta ocasión no quiero referirme a la causa de los desastres naturales, sino, más bien, a analizar el grado de preparación que tenemos frente a estos riesgos. El caso de Brasil es decidor. Las lluvias de los últimos días, las cuales ocasionaron serios deslaves en la favela Morro do Bumba y dejaron sin vida a más de 200 personas, evidencia las serias vulnerabilidades que aún tienen varios países de la región. El problema en Río de Janeiro no solo tiene que ver con el temporal sino también con la ocupación irregular de ciertas zonas, la negligencia de las autoridades y la falta de medidas preventivas.¿Qué podemos decir ahora del caso de Ecuador, donde el efecto de las lluvias y la creciente de los ríos han sido realmente devastadores en provincias como Tena, Guayas, El Oro y Los Ríos? Al igual que en Brasil, podría afirmar, sin temor a equivocarme, que no solo hay problemas de ocupación irregular del suelo, de inexistencia y poca aplicación de criterios de ordenamiento territorial por parte de los municipios, negligencia de los mismos y falta de preparación ante posibles desastres. En pocas palabras, me inclino a afirmar que no estamos preparados. Miren el caso del Tena. Tuvieron que pasar varios días y que la gente saliera a las calles a protestar para que recién se declare el estado de emergencia. ¿Qué podemos decir de la ayuda? Lamentable, pese a existir una Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), la atención a la población afectada llegó tarde y hasta el día de hoy es insuficiente. Pero la crítica no solo se extiende a la SNGR sino al resto de instituciones y organizaciones que tendrían que intervenir. ¿Qué han hecho en el caso específico del Tena las autoridades locales, Defensa Civil, Cruz Roja, bomberos, Policía, Fuerzas Armadas o las dependencias de los Ministerios de obras públicas, vivienda o de salud? No desconozco algún grado de intervención de las entidades antes mencionadas. La pregunta que me hago tiene que ver con el grado de eficacia, oportunidad (prontitud), coordinación y pertinencia. Creo que, en este sentido, existen serias falencias. Si el Ecuador es uno de los países de la región que presenta un alto grado de exposición y vulnerabilidad a los desastres naturales (sismos, erupciones volcánicas, inundaciones, etc.), ¿pueden imaginarse qué pasaría si erupciona el Cotopaxi o si hay un terremoto como el de Chile?