Siete razones originan la desaparición de los menores

Eugenia Basantes lleva la foto de su hijo Alexander a los plantones de desaparecidos. Ella lo busca desde 1994. Foto: Grupo Asfadec

Eugenia Basantes lleva la foto de su hijo Alexander a los plantones de desaparecidos. Ella lo busca desde 1994. Foto: Grupo Asfadec

Eugenia Basantes lleva la foto de su hijo Alexander a los plantones de desaparecidos. Ella lo busca desde 1994. Foto: Grupo Asfadec

Alexander aparece sobre un jardín con césped y flores amarillas. Viste un overol azul y unos diminutos zapatos blancos. Era 1994. Solo tenía 2 años.

Es la última imagen que Eugenia pudo captar de su hijo. Luego desapareció y 24 años después no sabe dónde está.

El único recuerdo que tiene la mamá es que estaban en la antigua terminal de Cumandá, que el niño caminaba por la calle, pero en un momento de descuido él ya no estaba.

Esa foto, ahora aparece en carteles, está pegada en los postes y en locales comerciales, circula por redes sociales y fue subida a la página ‘Ecuador, ayúdanos a encontrarlos’.

Allí también están Jesús Sebastián, Nathaly Isabel, Thalita Sarai, Anthony, Janina de la Cruz, Manuel Antonio. Todos son menores de edad.

Cuando Alexander se perdió, su madre no conocía de más casos similares. Pero pasó el tiempo, ella no dejó de buscarlo y poco a poco fue encontrando más casos parecidos.

Ahora, el Ministerio del Interior tiene una base de datos desde 1970 y sabe que 375 menores no han regresado a casa.

Eugenia no sabe por qué ni cómo se fue su niño. Sandra tampoco tiene pistas sobre qué pasó con María del Cisne, su hija que en el 2014 tenía 7 años.

Una tarde, la mamá vendía espumilla en el centro de Loja. Cuando se terminaron los conos para el dulce pidió a la pequeña que fuera a comprarlos.

Lo último que vio es que corrió, giró una esquina y nunca más la volvió a ver. Aún la busca y quiere saber qué sucedió.

Después de que se conociera el caso de Emilia, una niña que estaba extraviada en Loja y que luego fue encontrada sin vida, las autoridades revelan detalles de este fenómeno.

Por ejemplo, han identificado siete causas por las que los menores desaparecen. La mayoría se va de casa por maltrato físico, psicológico, influencia de amistades, entre otros.

Después de que ocurriera lo de Emilia, en las redes sociales apareció la imagen de Anthony.

Lo que se sabe de él es que tiene unos 2 años y que no lo ven desde el 23 de enero del 2013, cuando estaba en Guajaló, en Quito. “Te tenemos presente siempre (...) Queremos que estés a salvo. Día a día anhelamos tu regreso”, se lee junto a la imagen del pequeño.

Junto a su foto también están los rostros de Gabriela, Ana, Valentina y Natalia. Las cuatro menores son hermanas y no han vuelto a casa desde junio del 2017. La última vez que las vieron estaban en el kilómetro 26 de la parroquia Virgen de Fátima, en Yaguachi, un cantón de Guayas. Desde entonces, un equipo de investigadores rastrea a las menores.

En los dos casos, los agentes de la Policía ya tienen pistas de lo que puede estar detrás.

No descartan que los papás se los llevan sin permiso porque no se los dejaban ver y porque los maltrataban física y psicológicamente.

El viceministro del Interior, Andrés De la Vega, advierte que en el caso de los más pequeños la desaparición se produce por un alto índice de conflictos sobre su custodia.

Eso sucedió con dos hermanos de Zamora. En el 2012, su madre había viajado a España y ellos se quedaron con su padre.

Una noche, los dos no aparecieron. Tras investigar los hechos se supo que viajaron a Europa, sin los permisos legales.

Eugenia también cree que el padre de Alexander se lo llevó.

Pero entre las causas para que los menores no regresen están otras más graves, como secuestro. En el caso de Emilia, la Fiscalía indaga un supuesto delito de trata de personas.

En el 2014, Viviana, una niña de 10 años, fue hallada sin vida en Azogues.

Su cuerpo estaba tendido a la orilla de un río. Un hombre es indagado por ese crimen.

Lo mismo ocurrió con otro menor en El Oro. El niño fue hallado muerto tras una semana de estar fuera de casa. Su familia busca a los responsables. El hecho ocurrió en el 2013.

Absalón Campoverde busca a su hija desde el 7 de julio del 2012. No la halla. En medio de esa lucha llegó a ser asambleísta y desde ese cargo hoy lidera un proyecto de ley por las personas extraviadas.

“El tema de los niños es preocupante”, dice. Y quiere saber si detrás de estos casos están redes de pornografía infantil, de trata o de tráfico de órganos.

El Viceministro no descarta que en el país operen estos grupos, pero aclara que no tienen nexo con las desapariciones.

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