Las autoridades económicas madrugaron el 2015 para buscar financiamiento en China. Pero luego de casi tres meses no ha llegado un centavo, lo cual está llevando al Gobierno a buscar opciones en el mercado internacional, al precio que sea.
La colocación realizada el jueves 19 de marzo pasado, por USD 750 millones en bonos a cinco años y al 10,5% de interés, muestra la urgencia del Régimen por recursos frescos. Pero llama la atención que las autoridades no echaran mano de la línea de crédito que firmaron con China y hayan salido al mercado de capitales internacional a vender bonos de corto plazo y pagar el doble de lo que cancelan otros países de la región.
A inicios de año, las autoridades del Ministerio de Finanzas destacaron la firma de convenios de financiamiento con China por USD 7 500 millones, de los cuales unos 4 000 millones llegarían este año. Lo positivo del acuerdo, según las autoridades, era que en esta ocasión se pudo conseguir créditos a largo plazo y con tasas de interés bajas: hasta 30 años plazo y 2% de interés, aseguró el Gobierno.
Dentro de las opciones que disponía el Régimen, la línea de crédito china parecía acertada, en el sentido de que era deuda a largo plazo con tasas de interés bajas. Aunque sigue siendo cuestionable la falta de ahorro público en medio de una bonanza petrolera.
Lo cierto es que la situación actual obliga al país a endeudarse, porque no hay otra opción para financiar el déficit del Presupuesto en el 2015.
Pero era de esperarse que los recursos chinos llegaran primero para cubrir las necesidades del Fisco. Y que la segunda opción sea una colocación de bonos en el mercado internacional, ya que el alto riesgo del país obligaba a reconocer un mayor rendimiento a los inversionistas, como en efecto sucedió.
Con la nueva colocación de bonos el Gobierno reconoce que su política económica no ha servido para bajar el riesgo del país, algo que se dice internamente y que ahora le repitió el mercado internacional.