Dice el autor que no es posible negar que los niños en la actualidad son mucho más inteligentes que en el pasado, puesto que han sido estimulados desde muy temprana edad a través de juguetes interactivos, televisión, computadoras y una avalancha incontenible de información que han creado una inmensa cantidad de conexiones entre sus neuronas.
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Los juegos electrónicos han venido apoderándose con fuerza del mercado infantil y juvenil, pues adonde sea que los chicos vayan se pueden llevar su juego preferido y apretar sus botoncitos frenéticamente por horas y horas.
Estos juegos no necesitan de un compañero presente, se los realiza mucho en solitario.“La diversión, hoy en día, implica desafíos mentales y hasta los juguetes más pequeños tienen objetivos psicopedagógicos de acuerdo con las diversas edades. Los niños no se escapan de las pantallas ni corren ya libres por las calles”, dice Tiba y por eso considera que los padres deben prepararse y mantenerse actualizados, puesto que ya no es posible educar basados solamente en las experiencias que vivieron cuando eran niños.
Anota en su libro ‘Quien ama, educa’, editado por Aguilar/Fontanar, que estamos frente a una generación infantil más globalizada que otras generaciones, porque las fronteras entre países y culturas, pueblos y lenguas están desapareciendo gracias al mundo virtual en que vivimos y añade que las influencias culturales y familiares que se ejercen sobre los niños han disminuido bastante en comparación con las tecnológicas y globalizadas que están cercando al mundo en su totalidad.
Así, comenta que “esta es la generación que creció con el control remoto de la televisión en las manos y con él conseguía controlar desde el sillón, sentado a la distancia, sin levantarse, vagando, haciendo ‘zapping’ por los canales hasta encontrar algo interesante”.
Para Icami, el surgimiento del videocasete cambió un poco la pasividad del televidente adulto pues al menos podía ver en casa la película de su elección y sus hijos empezaron a formar parte de esa actividad que se ha mantenido con la llegada de los DVD. Hoy, dice, “los niños nacen con pantallas interactivas frente a sus ojos y, en lugar de mirar por la ventana, que no ofrece atracciones interactivas más que la posibilidad de arrojar objetos a los transeúntes, miran las pantallas que tienen en frente. Si aciertan siguen con el juego; si no logran superar los obstáculos, en vez de seguir intentándolo, cambian de juego.
La mayoría hace eso: descartan los juegos difíciles y prefieren jugar con los que les resultan más fáciles”. Él considera que de eso se desprende el gran problema de esa generación: la incapacidad de lidiar con las frustraciones, lo que se extiende a las relaciones sociales también. Se descarta a la gente como si fueran un videojuego, ya nada es permanente, todo se vuelve desechable.
Por eso la ‘generación zapping’ se ha acostumbrado a la cantidad ya la superficialidad, una de las características del mundo moderno que más perjudica a la sociedad: las personas se descartan unas a otras y reina el individualismo.
Según este autor, la digitalización ha permitido transformar todo: letras, fotos, películas, imágenes, sonidos, voces en bits y bytes (combinaciones de 1 y 0) que son transportados de un lugar a otro, a cualquier distancia, en gran cantidad y a una velocidad altísima, de manera económica y sin pérdida de lo que se transporte. Esto ha producido la generación que quiere tener su vida en la punta de los dedos.
“Una de las características de la ‘generación del Internet’ es aprender lo que les interesa investigando, explorando, navegando, dándose cuenta de que los errores no siempre ocasionan pérdidas materiales, yendo contra la escuela clásica, donde a más de ser obligados a aprender de memoria lo que no les interesa, los alumnos no tienen la oportunidad de aprender lo que les interesa”, dice Icami.
Él piensa que hoy esta generación no lee manuales, pues aprende por el método de ensayo y error, preguntando a los amigos y cree que los padres y los maestros debieran no solo ofrecer clases sino también dirigir el aprendizaje y facilitar el acceso a la información para que los propios chicos construyan su conocimiento.