Los derivados del petróleo llegan a Ecuador a mayor precio

Foto:  Enrique Pesantes / EL COMERCIO

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Locales de lubricantes, en Guayaquil, reportan alza de precios en estos productos. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

El incremento del precio del petróleo tiene un impacto en el costo de los derivados que se utilizan en la industria y que también son de uso cotidiano en los hogares.

La cotización del crudo está relacionada directamente con el costo de derivados como la gasolina, el diésel y el gas de uso doméstico.

Sin embargo, los ecuatorianos cancelan solo una parte de lo que realmente cuestan los combustibles. Así, el cilindro de 15 kilos de gas de uso doméstico se importa en USD 11,7, pero el precio oficial de venta al público es de apenas USD 1,6.

La diferencia la paga el Estado, lo cual es cada vez más costoso en un escenario de mayores precios del crudo.

El WTI, que sirve de referencia para comercializar el petróleo ecuatoriano, tocó su precio más bajo en febrero del 2016: USD 30 por barril.

Luego, el ‘commodity’ se recuperó ligeramente en el mercado, pero desde octubre del 2017 inició un sostenido crecimiento hasta alcanzar un promedio mensual de USD 66 por barril en abril de este año.

Eso se ha traducido en un incremento del monto destinado a los subsidios a los combustibles. En el primer cuatrimestre del 2018, el Gobierno gastó USD 513 millones en este rubro, el doble de lo que pagó en igual lapso del año pasado.

El impacto también lo sienten las empresas, que sí cancelan el precio real.
El diésel, las gasolinas y el fuel oil (residuo de petróleo) para uso comercial e industrial no tienen subsidio del Estado desde octubre del 2015.

En el país, el 39% de la energía que usan las industrias proviene del diésel, según fuentes oficiales. Se utiliza especialmente en la elaboración de papel, muebles de madera, línea blanca, entre otras actividades.

Javier Díaz, presidente de la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador, asegura que su sector se ha visto afectado por el aumento del costo del diésel y del búnker, especialmente desde este año, cuando los precios de esos derivados se incrementaron más.

Ambos combustibles, que se utilizan principalmente para el calentamiento de motores de caldera, representan cerca del 11% de los costos de producción en la industria textil.

Al mes, las empresas pueden consumir entre 15 000 y 20 000 galones de diésel y 40 000 galones de búnker. A pesar del impacto en los costos de producción, Díaz señala que el incremento no se puede trasladar al consumidor final.

El alza en el precio del petróleo se ha reflejado también en mayores valores para una gran variedad de derivados como asfalto, lubricantes y algunos aceites pesados.

Del crudo también se obtienen insumos para la fabricación de materiales sintéticos (hilos, telas, etc.), plásticos, fertilizantes, detergentes, insecticidas, entre otros.

Desde comienzos del año, el precio de los dos insumos (bases lubricantes y aditivos) que sirven para fabricar lubricantes subió, de acuerdo con datos de la Asociación de Productores y Exportadores de Lubricantes (APEL).

Las bases lubricantes subieron de precio en un 20% y los aditivos, en 12%.
La consecuencia es que los precios de los lubricantes han crecido en un promedio de 8% para el consumidor.

Pero el impacto no ha sido igual para todos los tipos de lubricantes, debido a la composición que tienen cada producto, explicó Jaime Rumbea, asesor del gremio.

El directivo afirma que se ven afectados en mayor medida los lubricantes industriales, que en su formulación tienen un porcentaje superior de bases lubricantes.

El gremio trabaja en un proyecto para generar un modelo que permita recuperar el lubricante usado, que es un gran sustituto de otros derivados como diésel y coque, que usan las fábricas. “El lubricante usado es un sustituto inmejorable de combustibles para la industria, especialmente en momentos en que existe un incremento de precios como sucede ahora, pero en el país no se está utilizando o se usa muy poco”, dijo Rumbea.

Ana Vélez, dueña de Luchets Lavadora & Lubricadora, asegura que sus proveedores de lubricantes y aceites le han incrementado los precios del producto entre 4% y 6% desde comienzos del 2018. El negocio trabaja con ocho proveedores de marcas provenientes, en su mayoría, de EE.UU.

El establecimiento asumirá este incremento para no afectar al consumidor final y evitar que caigan las ventas. “Por el momento mantendremos los precios, porque no se les puede elevar al cliente, y menos en la actual situación económica”, señala, aunque lamenta que esto le generará menos utilidades a la empresa.

El incremento del precio del petróleo también impacta en insumos que requiere la industria de plásticos, cuenta Caterina Costa, presidenta de la Cámara de Industrias de Guayaquil, aunque también incluyen otros factores como la oferta y demanda del producto.

“Por ejemplo, cuando China requiere mayor producto los precios suben”, dijo.

En contexto

El precio del petróleo se viene recuperando de forma constante desde octubre del año pasado, hasta alcanzar los USD 66 por barril en abril. Esto ocurre, en parte, por el acuerdo de recorte de la OPEP, la recuperación de la economía de EE.UU. y otros factores.

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