Los vecinos del Centro Histórico de Quito se quejan de los ataques a locales y residencias en el casco colonial. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
La inseguridad preocupa a los vecinos y dueños de locales comerciales en el Centro Histórico de Quito, una de las parroquias más afectadas por el incremento de casos de covid-19. Los últimos hechos que causaron conmoción fueron los asesinatos reportados entre el 14 y 18 de agosto del 2020.
El primer hecho fue la muerte del propietario de una joyería ubicada en la Benalcázar y Rocafuerte, durante un asalto. Según testigos, el crimen ocurrió pasado el mediodía cuando un hombre vestido con traje elegante ingresó al local fingiendo ser cliente y atacó a la víctima con arma de fuego.
El otro crimen se reportó a las 20:00 del 18 de agosto, en las calles Benalcázar y Olmedo. “Al parecer, se trató de la muerte de una persona sin hogar (…). Estamos tras la pista de un sospechoso, un habitante de calle, vamos por buen camino”, dijo el teniente coronel Krosby Riera, jefe subrogante del Distrito Manuela Sáenz.
Ante esa situación, el Frente de Defensa del Centro Histórico realizó un plantón la mañana del martes 18 de agosto en la Plaza Grande para protestar por los delitos que se reportan en la zona.
Pablo Buitrón, coordinador del Frente, que reúne a dirigentes de ocho barrios y dueños de locales, también cuestionó que las vallas metálicas colocadas por el Ministerio de Gobierno permanezcan varios meses en los alrededores de la Plaza Grande.
A su juicio, eso aleja a los visitantes. “Se ha roto la dinámica del centro y de la ciudad. La peatonalización debe hacerse los fines de semana”, considera.
Buitrón tiene previsto acudir el próximo martes, 25 de agosto, al Concejo Metropolitano. A nombre de los vecinos y comerciantes, pedirá que se declare en emergencia al Centro Histórico por la inseguridad. “La calle Rocafuerte es complicada, desde la Plaza de Santo Domingo hacia San Roque”, precisó el dirigente. Lo mismo en las inmediaciones de la Plaza del Teatro, en las calles Manabí, Guayaquil y Esmeraldas.
También solicitará que al Centro se lo declare zona de protección para evitar los destrozos y daños producidos durante las protestas de octubre del año pasado. El objetivo es que conservar edificaciones patrimoniales y demás inmuebles de la zona.
La Policía asegura que se mantiene en alerta y patrulla de forma permanente las zonas más sensibles del centro. A las 17:00 del sábado 23 de agosto, por ejemplo, les reportaron una gresca entre dos comerciantes informales. En medio de los forcejeos, trompones y patadas, ambos ingresaron a un local del sector y rompieron los vidrios de una vitrina. Uno de ellos fue detenido.
Los vecinos de la zona analizan la posibilidad de seguir realizando plantones cortos en la calle Venezuela si continúa la inseguridad.