David Cameron suplica 'no destrozar' Gran Bretaña

David Cameron, Primer Ministro británico. AFP

David Cameron, Primer Ministro británico. AFP

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El primer ministro británico, David Cameron, suplicó a los escoceses que eviten votar por la independencia de Escocia y mantengan la “familia de Reino Unido" intacta, a sólo ocho días del histórico referéndum independentista en el país.

Cameron pidió a los electores que no abandonen la unión histórica de 307 años entre Escocia e Inglaterra. “No queremos que esta familia de naciones sea destrozada”, afirmó el primer ministro británico, en un artículo de opinión publicado en el matutino conservador Daily Mail. “El Reino Unido es un país precioso y especial”, agregó.

En su mensaje a los escoceses, el jefe del gobierno británico subrayó además que si el Reino Unido se divide “se separará para siempre”.

Cameron se había mostrado en gran medida ausente del debate independentista en Escocia, tras admitir que la clase social de privilegio de la que proviene y sus políticas de centro-derecha “no son bien vistas” por los escoceses, quienes tradicionalmente suelen ser más izquierdistas que los ingleses.

Pero si Escocia vota por la independencia, el futuro de Cameron en vistas a las elecciones generales de mayo de 2015 quedará en serios problemas, como también el mapa político de todo el país.

Varios sondeos recientes dieron cuenta de un fuerte avance de la campaña del Sí a la independencia en las últimas semanas, provocando temores en los mercados financieros, un tambaleo en el valor de la libra esterlina y presentando el mayor desafío interno en el Reino Unido desde la independencia irlandesa hace casi un siglo.

Tras un eventual voto ganador por la separación, Gran Bretaña y Escocia enfrentarán 18 meses de intensas negociaciones para definir asuntos como las reservas de petróleo en el Mar del Norte, la libra esterlina, la membresía en la Unión Europea (UE) y la principal base nuclear del Reino Unido, que se encuentra en el puerto escocés de Faslane. 

La unión voluntaria de Inglaterra, que había incorporado a Gales, con Escocia en 1707 creó el Reino de Gran Bretaña. En 1801 pasó a llamarse Reino Unido, tras la unión formal de Irlanda.

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